Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)



Segundo Capítulo: El corazón de Niki se despedaza




- Hola- Digo acercándome el teléfono a la oreja. Pero ella no contesto.-Lo siento Yisela, ayer estaba borracha y no sabía bien lo que decía. Yo lo siento de veras.
- No pasa nada Niki, yo también cuando estaba borracha te decía cosas horrorosas que no pensaba de ti. ¿A que no sabes con quien estoy?
-No - Conteste sencillamente, aunque sabía su respuesta perfectamente, ahora mismo tocaba la parte en la que me restregaba lo feliz que era.
- Con el chico de ayer, es super mono, y dulce, es... - pipipi pipipi.
Me di la vuelta para saber quien era la responsable de que se haya cortado la llamada. Y ahí esta Enie plantada, sonriéndome, y con las manos en la masa.
-¿Pero que haces?
- Intentando evitar que te cuente lo bien que le ha ido la noche con ese cerdo.
- No tenías derecho de hacer eso - Dije mientras me sentaba en la colcha de la cama.
- Uh si que lo tenía soy tu hermana - Dijo mientras se sentaba al lado mía y me acariciaba la mano -Deberías alejarte de ella. Ser mas independiente.
- Soy independiente.
- Eso es lo que tú crees, pero siempre vas con ella a todos los sitios, pareces su perrito faldero.
- ¡Pues no lo soy! - Dije enfadada mientras me levantaba de la cama.
- No te enfades - Dijo mientras yo con cara dudosa me volví a sentar - Se lo que se siente siendo tú.
- Que va, no tienes ni idea. Ella es lo único que me queda-Dije entre un suspiro.
- Te envidia - Dijo mientras nos tumbábamos a la vez.
- Quién me va a invidiar, ¿A mi?. La regordeta gafas culo botella, más fea que un vertedero y encima que no se come ningún rosco.
- Yo- Dijo mientras una lágrima resbala por su rostro.
- ¿Y por que hermanita? - Dije mientras le quitaba la lágrima de su precioso rostro.
- Por que eres la hija que nuestros padres siempre quisieron tener, eres estudiante, organizada, eres seria, responsable, y encima no estas con un chico cada día, quizás no has sentido el amor, pero te digo yo que el amor no sirve para nada, es un asco. Así que tampoco te pierdes nada del otro mundo.
- Sabes, aunque discutamos, y tu me digas lo fea que soy y yo te diga lo guarra que eres, te quiero - Y comenzó a reírse -No enserio, no te rías, iba enserio - Y comenzamos las dos a reírnos. La verdad es que nunca me había sincerado tanto con ella.
-Yo también te quiero hermanita - Dijo mientras acariciaba mi rostro. - Podrías venir algún día con mis amigas y conmigo- Dijo antes de salir por la puerta, y parecía que le hacía ilusión.
-Algún día hermanita, algún día.
Ese día me lo pase todo encerrado en mi habitación, sabía perfectamente que si llamaba a Yisela me iba a encontrar con una escena de gritos, y en estos momentos me dolía demasiado la cabeza. Por la noche cuando ya estaba conciliando el sueño, pude ver a Enie entrando a su habitación, con lágrimas en los ojos, y los zapatos en la mano para no hacer demasiado ruido. Me deshice de la colcha, y de puntillas fui asta su habitación, pero como todo estaba oscuro me di con la cama, ella me miro con terror en los ojos, pero al verme y reconocerme, siguió con su llanto. Me senté con ella después de cerrar la puerta.
- Anda ven - Dije abriendo los brazos, y ella sin hacerse de rogar, los acepto encantada.
- Cuéntame, ¿Por que lloras tata?
- Él- él- e- estaba -Y volvió a comenzar a llorar.
- Haber tranquilízate, ¿Quien estaba donde?
- él,Carl, estaba conmigo - Dijo mientras pasaba la manga de su camisa por la nariz.
- ¿Te traigo unos pañuelos? - Dije con ternura
- Si, por favor.
Volví a mi habitación en silencio, y los cogí, sabía que iba a necesitar más de uno.
- Toma - Dije tendiéndole el pañuelo de seda. Ella intentando hacer el ruido menos posible, se sonó la nariz - Haber mírame - Dije cogiéndola de la barbilla - Tranquilízate.
- Yo estaba con mis amigas- Logró decir más calmada después de un rato - Y entonces el apareció, se acerco a mi , y me susurro en el oído : Guarra - Y entonces volvió a romper a llorar.
- Ven cariño - La dije estrechándola entre mis brazos.
- Y entonces- Dijo balbuceando- El, empezó a gritar que era chica fácil, y todos me empezaron a mirar.
- Tranquila- Dije mientras besaba su cabello.
- ¿Y sabes que? - Dijo separándose de mi, para poder mirarme a los ojos.
- ¿Que?- Dije con cariño.
- Que mis amigas comenzaron a reírse - Volvió a sumergirse en mi jersey. Y entonces su llanto se convierto en algo mas ruidoso. Maldita la gente que le haga daño a mi hermana, se que nunca nos hemos llevado bien, pero igualmente es mi hermana, y si la hacen daño, me toca tomar cartas en el asunto.
- Estúpidos- Dije con la rabia en un puño.
- Dejales Niki. Déjales ¿Vale?, será lo mejor, no les maldigas.
- Que gente más asquerosa - Dije apretando la mandíbula conteniendo la rabia.
- ¿Te duermes conmigo? -Me pregunto con inocencia en los ojos.
- ¡Pues claro!
Al día siguiente cuando me desperté, me dolía demasiado la espalda. Mi hermana ya estaba despierta, y tenía los ojos hinchadísimos, aparte de que había pasado toda la noche llorando, ahora se encontraba delante del portátil con una sonrisa impecable, algo que me advertía del peligro que estaba corriendo. Me levante sigilosamente, asta que pude ver que la muy tonta estaba hablando con Carl. Automáticamente le apagué el ordenador.
- ¿Pero que haces?- Grito enfadada- Acaso estas loca.
- No pienso permitir que vuelva ha hacerte daño- Dije seriamente.
- ¡No sabes nada!¡Nada!- Chillo conteniendo toda la rabia en su puño- Y que vas a saber, si lo único que haces es comerle el culo a esa payasa. Estas loca si piensas que me voy a separar de Carl.
- ¿Acaso no ves que solo te esta utilizando?¿O es que te estas haciendo la ciega? - Pregunte rompiéndose por momentos aquella máscara de serenidad. La verdad es que nunca me importo lo suficiente su vida. Nunca me importo que la hicieran daño, aunque bueno eso la hacia creer a ella. En verdad nunca fue así. Y ese tío, Carl, es uno más que quiere jugar con ella, pero esta vez no voy a permitírselo, ni a el, ni a ninguno.
- ¡Cállate!. Vete a tu asquerosa habitación y enciérrate, pero que sepas que ningún príncipe va ha venir a buscarte, ¿Y sabes por que? Por que eres fea. ¡Estoy harta de ti!- Chillo furiosa, sin saber verdaderamente el daño que me provocan sus palabras, eran como misiles con destino mi corazón, sin embargo yo sabía que Enie sabía que más tarde la iba a tocar pedirma perdón, pero en ese momento estaba realmente enfadada.
- Perdón hermanita, si quieres que te utilice y luego te deje tirada entonces allá tú - Dije exasperada al no poder entender ese comportamiento de niña pequeña de su hermana, a veces dudaba de que ella sea la mayor.
- ¡Pues allá yo! ¡Mi vida no te incumbe!
- Pensaran que eres fácil - Dije por lo bajo, arrepintiéndome al minuto de decirlo.
-¿Y tú?- Pregunto más calmada, aunque seguía con esa mueca de enfado.-¿Y tú que pensarás de mi?
- Yo también.
- ¡Entonces fuera! Te odio - La grito, como mil veces había echo, arrancándome otro pequeño trozo de corazón.
- No más que yo- Dije de forma orgullosa, sin ni quiera convencida de haber querido decir eso.
- No quiero volverte a ver en toda mi vida - Dijo Enie, mientras la echaba de su habitación -  fuera - Volvió ha decir, Después de que estuviera fuera, una lágrima se me resbalo. Sabía perfectamente que esto siempre se repetía una y otra vez, pero igualmente a un me hacía daño oír aquello de la boca de mi hermana, al igual sabía que ella no lo sentía, es su carácter fuerte y rebelde. Y ni si quiera yo podía controlarla, cuando una cosa se le metía entre ceja y ceja.... No se podía razonar con ella.
- ¡Que sepas que cuando tu noviecito te deje no estaré ahí para consolarte! Por que estoy harta de tus lloros. Ojalá y que desaparezcas de mi vida - Grité por el dolor que llevaba mi corazón. Me senté en la cama de mi habitación, mientras transcurrían los minutos.
-Toc toc - Dijo mi madre, abriéndose paso asta sentarse al lado mía y arrancarme de mi rostro esa lágrima.- Ya te dije que nunca hay que llorar, por nada. Se fuerte, no confíes en nadie y protégete la espalda. Y ahora nos vamos tu hermana yo y tu padre, vamos a comprarla un perro. Espero que no elija uno caro. Adiós, te quiero - Dijo mientras me dio un beso en la frente. Y ella era la única que conseguía calmarme.

0 Comentarios:

Publicar un comentario