Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)

Capítulo 3: Sorpresas, mentiras y amor.

Se puso nerviosa ¿Qué se supone que se tiene que responder en estos casos?
No lo sabía y tampoco tenía cabeza para pensar en nada. Asta ahora no se había dado cuenta de ese aroma que la envolvía ¿Podía haber algo de él que no le gustará?
Era realmente fastidioso que alguien te hable y no puedas pensar en nada más que en su belleza.

- ¿Que haces aquí?- Soltó lo primero que se le paso por la cabeza, mientras el rodeaba el banco para mirarse cara a cara.
- Buscarte, que otra cosa más puedo hacer- Esbozó una sonrisa torcida, la mejor.
- Y ahora que me has encontrado... ¿Qué quieres?- Se hizo la dura.
En respuesta él le tendió la mano y ella la aceptó levantándose del banco.
- Podríamos dar una vuelta juntos ¿Que te parece?- Propuso.
- No- desquitó su mano de la suya.
- Y que te parece tomar algo juntos.
- Tampoco- Se agacho para recoger el bolso.
- Que me dices de sentarnos y hablar.
- No- Respondió impasible como las demás veces, sólo que a diferencia en esta ya estaba preparada para irse.
- Espera- La sujeto del codo con un rostro bastante doloroso. Ella se giró y entonces sin quererlo ni pensarlo le miró a los ojos. Y todo volvió a suceder. El tiempo se paró y todo lo que estaba a su alrededor dejo de tomar importancia. Dejo de tener importancia que no le hubiera visto ayer, dejo de tener importancia aquella promesa que se hizo así misma de no volver a entrar en el juego del amor.

En esos momentos en el que una mirada te deja sin aliento, todo, absolutamente todo deja de tener importancia.

- Conoce me- Prosiguió, observando la sorpresa en el rostro de Elsa- Si ya sabes, conoce me, no pierdes nada- Suplicó.
- ¿Y si lo que conozco no me gusta?- pensó y dijo en voz alta. Y es que en verdad su mirada y sus labios habían captado tanto su atención que no se le ocurrió pensar en nada más, asta ahora.
- Entonces, no pasa nada. Pero no me descartes tan rápido- Siguió suplicando.
- De acuerdo, demos una vuelta- Ofreció dando un paso al frente. Y el simplemente asintió.
Dieron juntos varios pasos, ninguno de los dos hablaba, Elsa ya era bastante tímida de por si, y Alonso se volvía bastante nervioso a su lado. Cada uno miraba a un lado diferente, con un sonrisa pegada en sus labios, con el brillo en los ojos.
Todo aquello era tan... tan extraño.
Ninguno de los dos sabía ni que decir ni de que hablar.
Y si no puedes decir tus sentimientos ¿Por que no cantarlos? Alonso se carraspeo la garganta e hizo parar a Elsa de golpe. Sacó su móvil del bolsillo y puso la canción que estaba revoloteando en su mente.
-  Uuuu uu uuuu uu uuuu uu uuuu- Se le notaba algo nervioso, la tomo de la mano, sin saber que haría cuando ella aceptará. Lo que si sabía es que la música siempre le había echo cometer locuras, bellas locuras.

-Si pudiera bajarte una estrella del cielo
 lo haría sin pensarlo dos veces
 por que te quiero, ay
 y asta un lucero-
 La miró a los ojos, estaba totalmente sonrojada, realmente todo aquello no se lo esperaba. La atrajo hacia el y de alguna que otra manera obligo a que moviera sus pies de forma que pareciese que bailaba al compás de la música con él.
- Y si tuviera el naufragio de un sentimiento
sería un velero en la isla
de tus deseos, de tus deseos-
Se le apagó la voz, no sabía si quiera si había rozado el límite de la locura de tal forma que todo aquello le parecía estúpido a ella. No le gustaba sentirse estúpido. Y justo antes de apartarse de ella apagar el móvil y pedirla perdón, ella prosiguió con la canción.
-Pero por dentro entiende que no puedo
 y a veces me pierdo- Intentó cantar con su mejor voz.
- Cuando me enamoro a veces desespero- Cantaban al unisono el estribillo.
- Cuando me enamoro,
cuando menos me lo espero, me enamoro
se detiene el tiempo, me viene el alma
al cuerpo, sonrío, cuando me enamoro- Se callaron, se miraron y dejaron de bailar, miraron a su alrededor, y la verdad es que era bastante sorprendente lo que el amor era capaz de conseguir, el amor era capaz de conseguir que un montón de gente dejará sus ocupaciones, detener los, detener la vida, detener el reloj, incluso detener el odio.
Un montón de gente se encontraba rodeando les, a ellos dos y a aquella fuente que estaba a su lado mientras bailaban. Todos ellos comenzaron a aplaudir, sonrojando a Elsa. Y cuando todo se pensaba que ya había acabado, alguien, en algún lado de toda esa gente siguió con la letra.
- Si la luna sería tu premio
yo juraría hacer cualquier cosa,
por ser su dueño, ay, por ser tu dueño- Y callo.
Si en tus sueños escuchas el llanto 
de mis lamentos, 
en tus sueños no sigas dormida, 
que es verdadero, ay, 
no es un sueño, no - Canto un muchacho acercándose lentamente a la chica anterior que cantó.



Mientras tanto, entre tanto y tanto, Elsa y Alonso se encontraban parados y agarrados de la mano, sin poder parar de mirarse, hacían tan buena pareja juntos. Eran tan diferentes.
Quizás no sea un capullo, pensó Elsa para sí misma, intentándose convencer.
Quizás a ella si la pueda llegar a querer, pensó Alonso para si mismo, con esperanza.


Pero el encanto del hechizo se deshizo al sonar el móvil de Elsa con su habitual tono de llamada, haciendola volver a la realidad. Pudo respirar, respirar como una no enamorada.
Fastidiosa metió su mano en su pequeño bolso y cuando vio de quien era la llamada maldijo en voz baja. No se había acordado de ella en todo este tiempo
- Me voy a contestar ¿De acuerdo?- Le dijo a Alonso.
- Si ves, no pasa nada- Soltó una sonrisa de suficiencia.
Ando, ando asta dejar todo aquello bastante atrás. Tanto, que ella no parecía ser la protagonista de todo aquello.
- ¿Hola?- Contestó, fingiendo no saber quien era.
- Como que hola, ¡No estas en el sitio que hemos quedado!- Gruño una voz femenina al otro lado de la línea.
- Ya lose, tranquila. Es sólo que he tenido ciertos planes improvisados.
- ¿Planes improvisados? A que te refieres con eso.
- Lo siento- Sonó una voz detrás de Elsa, y ella sabia bastante bien quien era, le dijo que volvería aunque se había estado pensando el volver, por que volver significaba arriesgar, arriesgar su corazón.Tapo el micrófono del móvil contra su pecho.- Lo siento por interrumpir la llamada, también lo siento por lo de hace un momento- Dijo volviendo la mano atrás, para referirse a lo del baile.- Ha sido realmente patético- Froto su mano en la nuca.
- No digas eso- Se acerco y le acarició la mejilla- Ha sido lo más bonito que han echo por mi.
- No hace falta que lo digas por compromiso
- Ey- le dio un codazo- Lo digo muy enserio.
Las palabras se quedaron en el aire, Alonso se acercó a ella, aunque más tarde decidió que aquello no era buena idea. No iba a besar la, no sin antes de que ella se lo pidiese.
- Es para ti- Dijo, mostrando le un rosa.
- Muchas gracias- Esbozó una sonrisa.
- ¿Te gusta?- Preguntó sonriendo el también.
- Si, valla, es... bonita.
- No le mientas al pobre chico- Se escucho una vocecita a la espalda de Elsa.
- No le miento- Dijo sin voltearse, sabiendo que se trataba de Sandri.
- Entonces... no te gusta- Pregunto Alonso indeciso. A miles de mujeres las había regalado rosas y ninguna de ellas puso pegas. Eran sus favoritas.
- Si, si me gusta- Contestó Elsa.
- Pero no es su favorita- Volvió a entrometerse Sandra poniéndose a la altura de Elsa y sonriendo la.
Y entonces... cuando poso los ojos en Alonso se aterrorizó.
- Nos vamos- Agarro del codo a Elsa.
- ¿Por que tanta prisa?- Pregunto Alonso.
- Se quien eres ¿De acuerdo? Y no pienso permitir que tú también hagas daño a mi amiga- le respondió a la pregunta que verdaderamente Alonso quiso hacer.
- ¿Qué pasa aquí? No entiendo nada- Aclaró Elsa.
- Pues pasa- Continuo San- pasa que este chico es amigo de Pedro.
- ¿Eres amigo de Pedro?- Volvió su mirada a él.
- Si- Dijo serio él.
- Entonces no hay más que decir- Dio un paso atrás.
- Dijiste que me conocerías- Susurro lo suficiente alto para que lo oyera. Ella se paro antes de voltearse. Es verdad, lo dijo.
Pero que más daba...
- Tienes razón- Contestó Elsa- Pero... ¿Y si eres como todos?
- Dejame demostrarte que no- Intento convencerla él.
- No le hagas caso Elsa, vamonos antes de que te enrede- Siguió tirando ferozmente del brazo de Elsa.
- Por que no te vas un rato, preciosa- Respondió molesto Alonso.
- Por que no te vas un rato tu, chato- Equilibro la respuesta.
- San, dejanos solos- Pido Elsa
- Pero...- Iba a replicar asta que lo vio, nunca había visto nada tan claro en los ojos de su amiga. Ella era indecisa, era de las que decía "no" y luego se arrepentía de no haber dicho "si". Era imprevisible, por que tan pronto le parece bien algo como al minuto después le parece mal.
¿Antes de que la enrede? ¡Que va! ya se ha dado diez mil vueltas en la cuerda.
Por ello antes de girarse y irse dijo:
- Cuídate.

Mientras tanto en otra ciudad...

Se encontraba aburrida, aburrida y triste. Al parecer Alberto no se lo tomó nada bien y la lleno de preguntas, preguntas que no se atrevió a contestar, preguntas que se quedarón en el aire, o mejor dicho en la red.

Llevaba ya dos días en aquella casa y cada vez le parecía más aburrido aquel sitio.
Estaba hundida.
Tanto que decidió coger su chaqueta caqui favorita y salir de aquel aburrimiento. Ando sin rumbo, donde la llevará el viento. Ando tantísimo que pronto empezó a sofocarse y ha tener calor.
Y después de andar, pensar y dejar su rumbo al viento, se dio cuenta de que no tenía ni la menor idea de donde estaba. No lo sabía.
El viento, el viento, ¿Puedes parar de cometer estupideces Cris?, Se dijo a si misma.
Miró cada nombre de cada calle, por mirar miro hacia donde iban los pájaros, y ¡Claro que los siguió! pero no sabía donde iban los pájaros, nunca quiso hacer caso a las clases de orientación. En esos momento que más le daba donde fuesen los pájaros.
Por seguir, era capaz de seguir asta a una tortuga, y solo, por hacer algo.
La noche se le caía cada vez más encima, poco a poco sin prisas. Ahogándola lentamente con su oscuridad. Temía por su vida, no sabía que hora sería, lo que si sabía era lo tonta que es a veces.
Ni siquiera se acordaba de cual fue la razón de salir de casa, con lo bien que estaba ella con Nala.
No es que fuera la pura diversión pero...
Pero... agudizo sus sentidos, por que dicen que cuando tienes miedo cualquier ruido te parece extraño. Y a ella lo que le parecía extraño era aquel runrun detrás suya, desde hace ya un buen rato.
Lo agudizo, de tal manera, que la única posibilidad era el ruido de un moto.
Pero... ¿El motor de que? Y entonces callo en la cuenta, ¡el motor de un coche!. Aceleró el paso, intentando dirigirse al menos a calles más iluminadas, pero entonces el coche encendió las luces largas, y cuando volteó se quedo tan cegada que tuvo que taparse los ojos.
Alguien misterioso vestido con traje salió de la puerta del piloto, cerró el coche dando a un botón de su llavero y se acercó a ella. Se quedo a unos centímetros, lo que le produjo un escalofrió a Cris.
Y ya después se acercó más lento que la anterior vez.
- ¿Cris?- Dijo a la vez que levanto la cabeza. Aunque ella seguía un poco cegada y no podía reconocerle.
- ¿Quien eres?
- ¿Qué quien soy?¿Tan pronto te has olvidado de mi?



Mientras tanto en otra ciudad minutos antes...

- Cásate conmigo- Dijo de repente, en un acto de locura, es más, ya era su segundo acto de locura al lado de esa chica.

- Estas loco- Respondió Elsa llevándose las manos a la cabeza.
- ¿Por que no? ¡ Casémonos! Vayámonos lejos, donde nadie nos pueda encontrar.
- No podemos
- ¿Por que?
- Por que somos unos adolescentes.
- Y que más da- Se le notaba feliz- Dicen que el verdadero amor es el primero.
- ¿Y?- Respondió ella sin pillar la indirecta
- Que tu eres el mio, y yo.. ¿Soy el tuyo?
- ¿Y el anillo?- Respondió con una pregunta, esbozando la mayor sonrisa de la historia.
- ¿Ese es el problema?- Se levanto, y después de unos minutos volvió a aparecer con algo entre sus manos- Entonces problema resuelto- Abrió su puño, dejando ver un anillo formado por un alambre y hojas enredadas en el.
- Eres dulce- Acarició su mejilla.
- Pero no tanto como tú- Respondió él. - Entonces...- Volvió al tema, sin querer parecer pesado mientras ella se colocaba su anillo- Me darás una oportunidad...
- No lose- Dijo algo indecisa- Yo no soy de dar oportunidades.
- Haz un excepción. Yo se que puedo demostrarte que la gente no esta en lo cierto.
- ¿Tú crees?- Y es que a Elsa le fascinaba la idea de que pudiese hacerle cambiar.
- Si, si no no lo diría.
- ¿Y si...?- Intento terminar.
- Y si nos enamoramos y acabamos juntos para siempre- La corto, cambiando lo que ella fuese a decir.
- Prométeme que no me arrepentiré- Dijo ella.
- Te lo...- Pero esta vez fue ella quien no le dejo terminar la frase.
- Pero no prometas cosas que no puedas cumplir.
- Continuo- Dijo él- Te prometo que nunca te arrepentirás de conocerme.- Y así juntaron sus meñiques para pactar la promesa- ¿Alguna vez has ido a un garaje?
- No- Dijo sincera.
- ¿Y a una tienda de segunda-mano?
- Si, el padre de una amiga - El de Cris- es jefe de una.
- Pues imagínate a una moto, una pedazo de moto que ha fallado y la llevaron allí, una moto que a veces falla y se cala, otras tantas su freno no funciona y se estrella, tiene roto el retrovisor y una luz trasera por sus caídas .Nunca recibió cariños, si no que a cambio, arañazos de sus enemigos y patadas de otros tantos. Tuvo que soporta que la graffitearan en su cara. Asta que un día dejo de funcionar, no quería, no encontraba nada para encender se y ser la mejor moto de la historia. Ya se que no es un buen ejemplo pero...
- Quieres decir- le interrumpió- que tu eres aquella moto.
- Si, y tú estarías en el mostrador, mirándola, observándola y juzgándola por su aspecto, como muchos otros abran echo. ¿La comprarías? ¿La darías el placer de una segunda oportunidad?
- Es fácil metaforizar cuando tu corazón no esta en juego.
- Yo nunca te haría daño- Susurró acercando su frente a la de ella.
- Me gustaría creerte- Murmuró con la cabeza agachada.
- Iremos al paso que tu quieras- la sujeto de la barbilla para poder mirarla a los ojos- Iremos como mismísimos caracoles si te apetece- Lo enfatizo elevando la voz y volviendo al mismo tono prosiguió- pero solo déjame estar a tu lado, compartir tu vida. Que lo tuyo sea mio y lo mio tuyo. Estar juntos. Ser feliz mirándote.
- Me asustas- Dijo levantándose del banco, para enfatizar lo dicho y por que el reloj siempre marcaría la maldita hora de tener que ir a casa.
- ¿Por?- Se levantó de inmediato y agarro su mano.
- Me asusta saber que soy capaz de ser feliz por el simple echo de verte respirar.- Él se tomó un tiempo para mirarla, y más tarde responder:
- Eso ha sido dulce- Respondió él con una tierna sonrisa, le encantaría no haberlo dicho, le encantaría haberla echo callar con un beso, pero no podía. Su palabra es su palabra.
- Pero no tanto como tú- Dio la misma respuesta que obtuvo hace pocos minutos.- Tengo que marcharme, ya es bastante tarde.
- Te acompaño- Dijo poniéndose en marcha.
- No que va, no hace falta.
- Ya, pero quiero- Sonrió, al recordar la última vez que le contestó lo mismo.
- Bueno y ... ¿Que hiciste ayer?- Le preguntó, y es que ahora era más fácil hablar entre ellos, cada vez las cosas eran más fáciles.
- Nada importante, ¿Por? ¿Me echaste de menos?
- No te eche de menos, era sólo curiosidad.
- Pues yo a ti si- Respondió rápidamente, para que no se entendiera.
- ¿Que has dicho?- Se regodeo.
- Qué si quieres un flash
- Intenta ocultarlo- Siguió riendose.
- No oculto nada.
- Bueno.. ¿Y bien entonces?
- Estuve con Pedro- La cara de Elsa se volvió de piedra.
Se sentía bastante mal, aquella chica era realmente fantástica, quería algo nuevo con ella, quería enamorarse por primera vez, pero ya se sabe que las mentiras rompen relaciones, y esa era una gran mentira.

El día anterior por la tarde...

Suena el timbre por cuarta vez y por fin consigue despegarse de las sábanas, era por la tarde y sin embargo el seguía tumbado en la cama, bastante derrotado.

Y cuando abrió se encontró con una gran sorpresa. Estaba sentada en el último escalón, y la forma en como se aparto el pelo y levanto su cabeza para mirarle pareció de película, en verdad Jenny siempre parecía de película. Pelo moreno,ojos negros. Andaluza...
- ¿Puedo pasar?- Corto sus pensamientos
- Si, claro, pasa, pasa- La abrió camino.
- Yo... lo siento, no sabía donde ir- se avergonzó.
- No pasa nada, ya sabes que siempre estoy aquí- La quitó las lágrimas con una servilleta.
- ¿Estabas durmiendo?- Río entre el llanto.
- Algo así, ayer fue un día bastante duro. Pero no te preocupes por mi y cuéntame que te ha pasado.
- El estúpido de Pedro, que dice ahora que no quiere saber nada de mi.
- Ya sabes que el es memo de nacimiento- La hizo reir.
- Un completo retrasado- Esbozó una sonrisa triste.
- ¿Quieres que hagamos algo juntos?- Pregunto Alonso.
- Estaría bien.
- ¿Vemos una película?- La ofreció.
- Vale- Susurró.
- Haber que busco- Se dirigió a la estantería- La guerra de las galaxias- La miró y ella negó con la cabeza- American pie- Volvió a negar- El diario de...
- ¡¡Si!! Esa esa- Dijo entusiasmada.
- ¡Pero si no me has dejado terminar!
- El diario de Noah- Adivinó
- Vale, veamos esta- La introdujo en el DVD y se sentó en el gran sofá con Jenny.
Estuvieron juntos sin moverse del sofá durante toda la película, Jenny lloraba a moco suelto mientras que Alonso intentaba ocultar alguna que otra lágrima. Cuando terminó se miraron y se rieron por el tonto echo de que los dos estaban llorando, y sin saber bien como todo dio un gran giro, tanto que no sabían ni como ni de que manera había pasado que se encontraban en la habitación de Alonso besándose y acariciándose.

En el momento dejado del día después...


- ¿Es tu mejor amigo verdad?

- Si- Dijo a la vez que asentía. 
- No le soporto- Fue sincera- El me prometió que no dañaría a San, y luego... No es un tío legal.
- Dejale, es un poco memo- Repitió lo mismo que contesto el día anterior a Jenny.
- Si- Le miró con la esperanza de que el no fuese así- Bueno, ya me voy- Señaló a su casa- Adiós.
- Espera- Volteó ella.
- ¿Si?- Se ilusionó.
- He pensado que podría venir mañana a recogerte.
- Aah, pues... no se que decir.
- Di sólo que si.
- ¿Si?
- Si- Esbozó una sonrisa- me pasaré a las siete- La beso la mano- ¡¡Estate lista!!- Dijio después de haber dado unos cuantos pasos por la dirección que vino, mientras que Elsa se quedó allí parada, por segunda vez.














5 Comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta! :) para.cuando el capitulo 4?
unbeso <3
ANNA

Wendy. dijo...

MARIIIIIIIIII, dios qué de tiempo, cielo.
Te he leído todo este tiempo, pero no me he atrevido a comentarte. La verdad es que me sentía intimidada por esta historia. Me encanta, sinceramente.
Y nada, que sé que he estado súper-híper-mega-desaparecida, pero estoy aquí otra vez y estoy dispuesta a apoyarte y a darte mi más sincera opinión, ¿qué te parece? :')
Bueno, me voy y me dejo ya las charlas.
un beso.

AE dijo...

Muchas gracias, me alegra que te encante.
Pues la verdad creo que dentro de poco jajaja, es que estaba un poco desanima pero bueno ya me estoy activando de nuevo. Quizás mañana esta listo o dentro de dos días, pero pronto :)
Un beso !!

AE dijo...

Olaaaa Weeen !!! pues si un montón jajajaja, andabas super desaparecida.
jajajajaa enserio?? :) ¿Por que te sentías intimidada??
Si esto de acuerdo, muy muy desaparecida, ¿Que que me parece?? Geniaaaall !!! :) ami siempre me encantaban tus historias y deje de saber de ti hace bastante !!!
Jajajaja ok un besooo Wen !!!!!

Anónimo dijo...

Me encanta esta historia, tiene algo que realmente me gusta.
Publica pronto por favor :)

Publicar un comentario