Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)

Pasado, egoismo, y desconfianza

A veces siento como si mi pasado me pisará los talones y no me dejase avanzar tranquila. Ha pasado tanto tiempo que ya cuando me levanto no noto ese peso en mi espalda que llevo todos los días. Pensaba que estaba olvidado. Que ya no lo recordaba, pero me equivoqué. Un pasado son como los tatuajes. Se hacen huellas en tu piel, te atraviesan, para que siempre sepas que alguien te hizo daño, para que no te olvides de que esa amiga, ya no es tu amiga. Si. Están ahí, atormentando cuando menos te lo esperas. Haciéndote recordar de que las cosas no siempre son buenas. De que el gris no existe, y debes elegir entre en blanco y negro... El problema esta en cuando el negro se hace ver blanco.
Lo peor de todo es que nada ha cambiado. El egoísmo,  la competencia y el narcisismo sigue allí donde lo mires. Han pasado ya tres años desde que un día me sentí pequeña y frágil, y aún así, sigo sintiéndome cada vez más inocente y débil. Me siento rodeada de un mundo lleno de gigante que te aplastan con tus pies. Un mundo de indiferencia. 
Un día abrí aquella grieta que pocas personas se atreven a entreabrir, y vi tanta maldad, tanto descarado, que me canse de seguir buscando algo blanco en este mundo tan negro. A veces ponemos una venda sin intención en nuestros ojos y no vemos lo que ocurre en realidad. Yo, propongo a todo el mundo que se despoje de aquel pañuelo. ¡Tira lo lejos! vete al acantilado más alto del mundo y tíralo, deja que el viento se lo lleve lejos para nunca más ver las cosas como no son.
Se fuerte y observa con detenimiento. Eso sí, advierto que no todo será tan bueno como en un día creíste.
O eso creí yo hasta que por fin conocí a mi punto blanco, esa persona que te hacer ver que no todo es tan malo, y que... ¡Mira! Quizás si existe el gris, la solidaridad, y el amor. 
Cuando creo que me estoy volviendo a sumergir en aquel mundo negro, cuando creo que me estoy volviendo un punto negro más, tú vienes y me haces darme cuenta de mis equivocaciones. Me haces darme cuenta de que quizás el dicho " Piensa mal y acertaras" no siempre es verdadero. Me haces brillar como nunca nadie lo hizo. Y sin embargo, en algunos ratos me encuentro pensando mal de ti. ¿Y sabes quien tiene juego en eso? Mi dichoso pasado, que no me deje ser feliz, que no me deja descansar un poco de tanta desconfianza que tengo dentro. Pero tú, tú sonrisa, tú olor ¿Como iban a ser malos? Si eres lo mejor que conozco.
Me gustaría algún día arrancarme los tatuajes de mi piel, quitarme las huellas del corazón, pero creo que eso nunca será posible. Al menos de que tu te lo propongas día a día.

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