Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)

Capítulo 5: Otro Viernes

Es viernes, no me tocaba clase y además, todavía el sol no se había puesto en el cielo, pero sus malditos toquecitos y esa risa risueña que hacía tanto que no oiga (solo una semana pero se me hizo como un año) me estaba obligando a despertarme, a pesar de que yo no quería. Me cambie de costado y me acomode en la cama para poder volver a mi sueño, pero otra vez el apareció abriendo la puerta y diciendo un:
- ¡¡Ha despertar pequeña!!- Chillo Ted mientras sonreía ampliamente. Después, volvió ha salir de mi habitación por cuarta vez y por cuarta vez me volví a cambiar de costado para intentar conciliar de nuevo el sueño, algo que resultaba de todo imposible con su vuelta al minuto siguiente.
- Si no te despiertas me vas ha hacer cabrear- Dijo con tono de padre- ¡Venga, levántate ya!- Dijo esta vez como un niño infantil berreando.
Con el pelo enmarañado en un gran nudo en mi nuca, la sonrisa torcida del disgusto y un ojo cerrado y el otro  medio abierto, levanté mi cabeza para encontrarme con un completo sex symbol que hizo abrir mis pupilas  y mi mañana.
- Buenos días pequeña dormilona- Torció el cuello para mirarme de lado- ¿ Vas a levantarte ya o estas esperando a que te de el beso que rompa el hechizo?
Sonreí por pura tontería y no quise reprimir las ganas de volver a echarle un vistacito rápido, total el no se daría cuenta. Estaba tan atractivo con el torso descubierto y aquellos pantalones grises que caían ligeramente desde su cadera asta sus pies.... Subí lentamente asta llegar a su rostro, su sonrisa torcida y aquel brillo en sus ojos lo decía todo, me había pillado.
-Bueno, visto que no quiere cooperar, tendré que hacer uso de la fuerza.
Se acerco a mi lentamente y me despojo de aquellas sabanas tan calentitas que me cubrían, después, con mucho cuidado de no tocar mi piel ( un acto que no se me paso de inadvertido) me cogió entre sus dos brazos y salió andando hacia la cocina mientras yo pataleaba y montaba un escándalo para que me bajase.
-Ya estas abajo- Dijo mientras mi dedo gordo del pie tocaba ansiosamente el suelo. Al girarme me encontre con toda la comida en la mesa y una gran rosa en el medio de la mesa. Me tape la boca para reprimir una risita nerviosa, sin embargo no pude evitarlo y acabe riendo a carcajadas. - ¿Acaso no te gusta?- Me pregunto Ted poniendose delante mía con el ceño fruncido- Sabes que... tienes razón- Dijo moviendose confuso- Esto ha sido una completa tontería.
- Ted...- Le llame.
- ¡Qué digo! esto ha sido una tonta cursilería.
- Ted escuchame- conseguí llamar su atención- muchas gracias, pero no hacia falta, ya te he perdonado.

El se limito a sonreír ampliamente y nos sentamos juntos. Todo era algo bastante extraño, una rosa, el, yo, comiendo juntos ¿Se parecía a una cita?. El miedo me invadió por dentro como solía pasar y al final acabe comiendo deprisa para poder salir de allí. Era una misera cobarde, pero esa era yo.
- Oye espera- Llamo mi atención Ted antes de que saliese de la cocina.- Mira- Dijo algo nervioso mientras bajaba su mirada hacia su plato y se tocaba la nuca- Me han invitado a una fiesta- Fui a abrir la boca para protestar pero se me adelanto- y ya se que no quieres venir- Me miro fijamente mostrándose más seguro- pero necesito que vengas, me he comportado como un total estúpido y he pensado que podríamos pasar una noche juntos, así de paso intentas integrarte en la sociedad- Dijo eso último con un toque divertido, a lo que yo bufe y me cruce de brazos.
- No creo que sea buena idea, no conozco a nadie, además seguro que hay mucho baboso y no tengo ganas de ponerme borde con la gente.
- Bueno pues entonces no lo hagas, ¿Por que no intentas ser mas amables con los tios? Quizás incluso puedas echar un buen polvo.
- Ted- Dije dándole una colleja- Qué seas mi compañero de piso desde hace un mes y medio no te da el derecho de hablarme tan deliberadamente- A lo que el se rió.
- Y no te olvides que también de trabajos. Pero ahora enserio, ¿Por que no?
- Mira, mi vida ahora esta estupendamente como esta y ni mucho menos necesito un hombre que desordene mis esquemas, ni un patán estúpido que me trate como basura.
- Uff, conozco a mas de veinte tíos en plan princesitos que estarían encantados de darte placer, amor y todo lo que tu quisieras- Lo que hizo reírme.
- Ya dije que no- Dije entre risas- Y lo digo muy enserio.
- Pero vendrás conmigo.
- No me busques a nadie- Le avisé
- ¿Eso quiere decir que si?- Se emocionó como un niño pequeño- Bien yo te cuidare, no dejare que ningún baboso patán arrogante descarado y engreído como yo te moleste. Te protegeré.
- Mas te vale- Dije.






-Waww- Dijo abriendo los ojos del asombro- Estas bueno... estas...
- Déjalo, Ted, dije nada de coqueteo.
- Sólo intento decir una verdad. ¿Acaso decirte verdades tampoco puedo?
- De acuerdo, pero quita esa mirada lasciva.
- Vale, vale, simplemente soy un hombre con ojos.
- Pues como esos ojos sigan mirándome de esa forma, te los saco y los hago pedacitos.
-Vale agresiva- Dijo negando con la cabeza mientras cerraba la puerta detrás mía.
Al final había aceptado ir a aquella estúpida fiesta, y no sabía muy bien ni porque ni como, pero había aceptado y además me sentía bastante ilusionada, tanto que me deje el pelo suelto y me arreglé más de lo normal, todo aquello me recordaba tanto a Cristina, seguro que por ello fue la total ausencia de fiestas.

- Os la presento, se llama Elsa- Dijo Ted, y es que de un momento a otro me encontraba delante de quince mil tíos con ojos como platos, mirabas lascivas y otros tantos impresionados porque me encontrará en una fiesta.
- Hola- Dijeron casi todos al unisono, de una manera que me pareció que casi tiran la casa.
- Hola- Dije tímida  como si me quisiera hacer un ovillo y evadir todo esto. Me acerque a Ted y le dije susurrando- ¿Me has traído en una fiesta de pervertidos salidos?
- No seas tan dramática- Dijo riéndose-  Simplemente estas buena y ellos te desean- Dijo Ted en bajo, aunque no lo suficiente para que los chicos de al lado no lo oyesen y tuvieran que esconder su risa.
- Pero digo, ¿Aquí solo hay hombres? O ya se, me trajiste a un club de desesperados y cada uno de ellos me violarán.
- A veces eres tan graciosa- Dijo con ironía mientras rodaba los ojos.
- Hey hola- Dijo una chicacolgándose literalmente del cuello de Ted.t Era bastante guapa, de un guapa de niña bebe. Su pelo largo, lacio y dorado me daban ganas de vomitar, al igual que esa sonrisa tan cariñosa con la que miraba a mi Ted. La arrancaría esa peluca de Barbie (era solo mio, ¿o siempre tenía a una barbie a la que odiar?) Y no se muy bien porque un resquemor se me formo en la garganta, uno que me llevo a la pista de baile. Baile al son de la música, asta que un hombre me agarro sutilmente del codo, era alto y tenía los ojos azules. Sin embargo segundos después otra mano tiro de mi hacia fuera de aquel grupo de gente.
- ¡Ni la toques!- Grito Ted a ese tipo que me había cogido segundos antes.
-¿Qué pasa?- Pregunté
- ¿Qué que pasa? Que de un momento a otro te alejaste de mi, prometí protegerte, ¡como quieres que lo haga si vas directa al manoseo!- Elevó la voz enfadado
- Bueno te vi muy entretenido.
- Era una amiga antigua de la... ¿Oye espera, acaso te molesto?- preguntó esto último como si lo viera divertido.
- Claro que no- Mentí un poco- sólo quería dejarte intimidad, encima ¿Por que me iba a molestar?
- Ah no se, quizás te gusto- Dijo mientras me sujetaba de la cintura y me atraía a él.
- No, créeme que no- Quite su mano de mi cintura- Nunca en mi vida me volverán a gustar los patanes conquistadores con mirada sucia y mujeriegos.
- ¿Has dicho nunca?- Dijo esta vez con un tonto serio.
- No.
- Si lo has dicho ¿Acaso te enamoraste de un mujeriego?
- Mira eso ni importa ni nunca te lo diré- Dije aproximándome al hol, era hora de volver a casa, demasiado ruido por hoy.
- Espera un momento- Me agarro antes de que pudiera alcanzar el abrigo.- Es por eso que no quieres a hombres en tu vida. ¿ Encontré la conclusión?
- No- le dije seriamente mientras me ponía el abrigo
- Ah si- Dijo saliendo de la fiesta detrás mía sin importarle un poco que el tenía la camisa desabrochada y que hacia un frió de mil demonios- Todo sucedió hace hace bastante tiempo, tú le miraste- Empezó a escenificar- Y el te miro, y ¡bum!- Dijo haciendo señas como si explotase una gran bomba- Surgió el amor, te gustaba pero era un mujeriego y lo sabías, sin embargo confiaste en que el no rompería tu pequeñito e inocente corazón- Dijo de forma burlona mientras que a mi se me caía una lágrima por las mejillas- Pero te equivocaste y acabo dejándote por otra, o quizás- Dijo tocándose la barbilla pensativo- Quizás te dejo simplemente por que se aburrió de ti, entonces entraste en desesperación, y- Dijo más alto- Te mudaste ante tal desengaño amoroso.
- Eres un estúpido- Dije girándome, con las lágrimas aún recorriendo mi mejilla. Podía sentirlo de nuevo, podía sentir de nuevo ese dolor que he estado escondiendo casi tres años.
- Yo, lo siento...
- Te odio- Le dije sin sentirlo.
- No pensé...
- ¡Es que tú no piensas, ese es el verdadero problema! Pero sabes que- Dije restregándome la cara y corriéndome el maquillaje con la manga del abrigo- te equivocaste en algo- Se callo para que continuase- No me mude por él, aunque debo de admitir que en gran parte si fue por su culpa, me mude... por que mi mejor amiga se murió el mismo día que Alonso me dejo tirada- Dije llorando con más intensidad- Y ahora puedes correr a contárselos a todos, igualmente ya todo me da igual- Dije esto último girándome y retomar el camino asta que me acordé de una cosa- Eh- Me volví a girar y le vi en el mismo sitio parado- Dame las llaves- Me las tiró las cojí al vuelo y me monte en el coche, sin duda demasiado recuerdos por un día, ahora me tocaría pagarlo con una noche desvelada.


Me despertó un sonido y me asuste. Miré el reloj de la mesilla y marcaban las cuatro y media de la noche, era demasiado pronto para que Ted hubiera vuelto a casa, o quizás se sentía realmente preocupado por mi, de alguna forma me levante de la cama aterrorizada.
El sonido del timbre de la puerta y unos pasos corriendo, me acongojaron y con cobardía retrocedía asta volver a mi mesilla de noche y coger el móvil.
Vamos, vamos, cojelo por favor.

- Si- respondió al tercer toque.
- ¿Ted eres tú?- Pregunte asustada.
- ¿Si que te pasa?
- ¿Podrías venir lo antes posible a casa?
- Si pero que te pasa- Dijo a la vez que le decía un chico de fondo que diera media vuelta asta mi apartamento.
- Creo que hay alguien merodeando por los alrededores de la casa.
- ¿Estas segura?- preguntó este asombrado.
- Si, Ted, estoy segura de acuerdo. No estoy loca ni imagino cosas ni tampoco las escucho. Han llamado al timbre y he oído pasos fuera. Estoy asustada Ted, mucho- Dije desasperada.
- Vale tranquila ¿De acuerdo? Lo mejor será que... nose, no te muevas de la habitación y espera asta que vuelva a casa, no se te ocurra salir ¿Vale?¿Entendido?
- Si- Dije nerviosa.
- ya estoy de camino.
- Espera no me cuelgues por favor.
- Vale, ¿De que quieres que hablemos?
- Cuéntame algo de ti ¿Quien era esa chica de hoy?
- Era Katia, como intente decirte una amiga de la infancia.
- ¿Te gusta?
- Oye- Dijo, después suspiro y contesto - no no me gusta- respondió al fin.
- Pues yo creo que ha ella si le gustas.
- No creo, siempre somos así de cariñosos.
- Bueno y... ¿Quién te gusta?
- Tú- Dijo haciéndome desviar la mirada de la puerta
- Si ya claro, tú te burlas de mi hasta en momentos serios.
- Lo digo totalmente enserio.
- Si ya- Hasta que de pronto vuelve a sonar el timbre y vuelvo mi atención en lo importante.
-¿Qué ha sido eso? -Preguntó Ted, aunque no tuvo repuesta- ¿Estas ahí Elsa?
- Si, si.
- Dime ¿Qué ha pasado?
- Han llamado al timbre Ted, por favor date prisa.
- Mira sea quien sea, no va a parar asta que salgas, Quizás es un vecino.
- Si claro ¿No?, Seguro que quieren darme un trozo de su tarta de queso.
- Vale, no me estas haciendo nada fácil tranquilizarte, sólo quédate en la habitación.
- Si me enamore- Dije de pronto, con la necesidad de contar todas aquellas cosas que me diesen tiempo antes de mi recta final. No tenía suposiciones, lo sabía. Sabía que quien quisiese que estuviese dentro quería hacerme daño, el quería verme aquí, mortificada en la esquina de mi habitación, y me tenía que hacer a la idea de que en cualquier momento forzaría la puerta y llegaría asta mi. Yo no era una princesa, no tenía principe, ni castillo, ni tampoco corazón. Yo era yo, la tonta que siempre estaba en el momento y lugar equivocado
- ¿Como dijiste?
- Que si me enamore de un mujeriego. Tenías razón. No quería por que la gente me avisaba pero el me hacia detalles bonitos y... no pude no caer en el amor. Fue mi primer amor sabes...
- Sigue...- Me incitó.
- Era moreno, con los ojos como el café y cada vez que nos cabreábamos me dedicaba una canción hermosa y me enviaba un ramo de flores de jazmín con una caja de bombones con forma corazón.
- ¿Es por eso que me diste una lista de canciones prohibidas?
- Si, todas esas son las que me dedicó. Yo no se ni que hago contándote esto...- Dije llevandome las manos al pelo.
- Sigue, quiero saber más.
- Al principio un agente de policía nos pillo el primer día sin casco, sin licencia de la moto y sin carnet, por que aquel muy tonto no se lo había sacado. Entonces entre en problemas con mis padres.
- claro les llamaron.
- No, no hacía falta mi padre es el jefe de policía- Dije como si estuviese tratando con un tonto, pero claro, él aquello no lo sabía
- Valla marron ¿No?
- Si, luego tuvimos cosas raras asta que salimos y me enamore perdidamente de él. Hasta que un día me dejo.
- ¿Por que?
- No lo se, mi amiga Sandra dijo que me puso los cuernos pero eso nunca lo supe con certeza.
- ¿Como te lo dijo?
- No lo dijo, simplemente recibí un mensaje privado en el tuenti.
- Que cabrón.
- Desde ese día, soy rarita y no me gustan las fiestas por que me recuerdan al carácter de mi amiga muerta. Además no permito que ningún hombre entre en m...
- ¡Ya estamos!- Dijo al otro lado de la línea a la vez que escuche un coche.
- O por favor date prisa- Dije mientras escuchaba como habrían la puerta principal.
- Elsa abre- Dijo Ted al otro lado de la puerta.
- ¿Y como se que eres tú?
- Abre ya por favor.
- Dime por que lloraba hoy en el coche.
- No me acuerdo, ábreme.
- Responde.
- Por que pensaba que te ofendiste al llamarte rara, pero...- y entonces abrí la puerta y me lo encontré frente a frente, salté asta abrazarle la cadera con los muslos y enredar mis brazos en su cuello.
- Oh, gracias que por fin has venido- Y dicho esto le bese en los labios con urgencia, con ganas, con pasión y asustada, y a la vez reconfortada al sentirse como en casa y protegida.



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