¿Una sorpresa? La simple idea la aterrorizaba, ¿Y si se había molestado en alquilar la habitación de un hotel? O peor aún... ¿Y si la vuelve a llevar al banco tenebroso de la vez pasada?.
Estaba que parecía un flan, sus ideas no paraban de girar y girar en su cabeza, pero nunca llegaba a una conclusión.
Ando en silencio, pegada a su lado. ¿Donde la llevaría?¿Qué pasaría? ¡Ella no estaba preparada!... pero nunca se lo contaría a él. No podía defraudarle, ella era una mujer con carácter y fuerte, no podía mostrar su debilidad.
Cuando levanto el rostro con aire desgraciado, se fijo en que en el lado opuesto de la acera en la que caminaban, se encontraba aquel parque en el cual pasaron la noche vieja juntos, se estremeció. Pero más tarde se alegro al darse cuenta de que no la llevaba allí.
- ¿Donde vamos?- pregunto por primera vez desde que salieron de su casa.
- A un sitio- Respondió Alonso- Es una sorpresa cariño, no puedo contártelo.
- ¿Me van a mojar?- Fue lo primero que pensó, aquel vestido ceñido de color blanco podría volverse bastante transparente si estaba mojado.
- Es pleno Enero, y tú me preguntas si te van a mojar, Eres de lo que no hay- Dijo ladeando la cabeza.
- Solo preguntaba- Dijo haciéndose la ofendida.- Pero... ¿Cuanto queda?- Pregunto mientras jugaba con entrelazar sus manos, nerviosa. Después se puso un mechón de pelo detrás de la oreja. De pronto Alonso tan rápido estaba su lado, ahora se encontraba abrazándola.
- Te echado de menos- Volvió a repetir por segunda vez aquel día, sin embargo, Elsa pudo notar algo distinto en su tono de voz, en su mirada, incluso en ese abrazo.
- Y yo.
Alonso sonrió. De oreja a oreja. De ojo a ojo. Sonrió y como un niño pequeño jugando, se separó de ella velozmente y cogió una de esas bolas pinchudas que cuelgan de los arboles plataneros de los que estaban rodeados y la tiro flojamente contra la coronilla de ella.
Ella, haciéndose la indignada se giro lentamente para intentar dar misterio al asunto, y después acabaron como niños pequeños los dos, jugando a tirarse bolas y una otra vez, escudándose con un brazo y otro para evitar que él otro le diera con aquellas bolas.
Hacia ya bastante tiempo que no se lo pasaban tan bien juntos.
y cuando levanto la barbilla Elsa, vio la casa de Rub
- ¡Vaya esta es la casa de Rub!- Dijo esbozando una sonrisa.
Aquella casa le traía buenos recuerdos, muy buenos ha decir verdad. En esa casa fue donde conoció a ese pedazo de pivon que tenía al lado, gracias a esa casa había encontrado al amor de su vida. Sin embargo... seguía sin verse casada con él, y era bastante raro, porque su corazón se sentía extasiado de tanto amor hacia Alonso. Sentía que ya no había sitio para nadie más que para él, porque Alonso, se había encargado de rellenar cada huequecito de ella.
Ella era completamente de él.
Ella le amaba.
Ella le adoraba.
Ella no se veía sin él.
- ¿Y donde te crees que vamos?- Dijo respondiendo a la sonrisa de Elsa y llamando a la casa. Al poco rato la abrieron y cuando subieron los diez escalones del jardín para llegar a la puerta, se fijo en que esta estaba abierta. Alonso con un ligero toque con el dedo índice la abrió totalmente y un gran:
- ¡¡¡FELICIDADES!!!- Sonó por toda la casa, que como encima era grande, el eco siguió extendiéndose.
Elsa se quedo de piedra y con la boca abierta de lo totalmente sorprendida que aquello la había dejado, y uno de las personas de esa casa la tendió una vaso lleno de alcohol.
- ¿Y todo esto?- Pregunto, aguantando el echo de que su cuerpo pedía dar botes como niña pequeña.
- Lo he organizado yo- Dijo Alonso, y Elsa se sorprendió aún más- Por tu cumpleaños- Sonrió.
- Oh mi amor- Rodeo su cuello con sus manos, como hacía tiempo que no pasaba y le beso tiernamente, sintiéndose quizás capaz de imaginarse dentro de diez años, en un restaurante romántico, con velas y flores en la mesa y Alonso arrodillado pidiéndole que se casará con ella, pero cuando justamente fue a imaginarse como su "si" salía de sus labios, la gente comenzó a silbar, y ella perdió el rumbo de sus pensamientos, para volver a plantar sus pies en tierra. Se separó de él y acarició su rostro, suave, como hacía que no lo era.- Muchas gracias por esto, pero has llegado tarde, mi cumpleaños fue hace un rato.
- El 19 de agosto, Lo se mi amor. Ese día fue el día que empezamos a salir juntos, ese día es mi cumpleaños, creo que el 19, es mi número de la suerte desde ahora.
- Gracias cariños- Dijo, dándole un corto beso- pero.. ¿Entonces a que se debe esto?
- Bueno- Se rasco la nuca avergonzado- Tus amigas me contaron que no habías celebrado tu cumpleaños, y pensé que quizás, podríamos hacerlo juntos. La primera vez de tantas que habrá.
Los ojos se le llenaron de lágrimas. Se sentía plena, protegida, ya no tenía miedo porque ya no le iba a perder. Sus músculos se destensaron con esa simple oración.
- Gracias- Fue ha besarle otra vez asta que dos vocecitas la interrumpieron al unísono.
- ¿Y para nosotras no hay nada?- Dijeron Cristina y Sandra. Las cuales se habían traído a sus respectivos novios, pero estos en esos momentos no se encontraba con ellas.Chocaron las copas entre las tres y pegaron un gran trago a su cubata y quizás incluso demasiado, debido a que se bebieron de golpe las tres cuartas partes del vaso.Se abrazaron las tres y cuchichearon un poco, asta que Elsa extrañada vio como sus dos amigas se saludaban.
- ¿Acaso no os habéis visto?
- No- Comentó Cris- Yo llegue tarde-Y rió.
Elsa ladeo la cabeza, como una madre que regaña a su hija, y después esbozando una sonrisa volvió hacia el lugar de Alonso. A su lado, como si estuviesen pegados, le encantaba esa idea, pegados para siempre.
- Vamos- Dijo Elsa mientras agarraba la mano de su novio para que salieran fuera de la casa, a la terraza.
- ¿No quieres quedarte con tus amigas?- Pregunto sorprendido.
- No- Negó con la cabeza- Quiero estar contigo, además, si no... ¿Qué harías tú?
- Nada, pegado en la barra pidiendo copas.
- Eres un peligro- Rió a carcajadas- Por cierto ¿me puedes pedir otro cubata?- Dijo señalando el vaso vació que dejo encima de una de las mesas, Alonso asintió y Elsa se dispuso a andar asta que salió fuera de la casa donde el frío la congelaba asta los huesos, pero aquella noche, con esas estrellas y esa luna era especial, tanto como para apreciarla soportando el frío.
Alonso llego y la abrazo por detrás mirando a la Luna, y contemplando como su iluminación deja ver más radiante aún la sonrisa de su novia. Desde hacia tanto tiempo que no la veía así, que instantáneamente una sonrisa se asomo por sus comisuras.
Le gusta tenerla a su lado. Le gustaba abrazarla y sentirla toda suya. Bueno.... toda toda. Ladeo la cabeza para quitarse esos pensamientos.Ese día estaban siendo más felices que desde nunca, y no quería ser él, el que lo estropease con lo mismo de siempre.
Le gustaba estar con ella y verla sonreír, su sonrisa era el motivo de su felicidad. La gusta, la querría...
- No sabes cuanto de menos echaba esa sonrisa.- Dijo mientras Elsa sonreía tontamente y daba otro trago a la bebida. Después frunció el ceño.
- ¿ De que hablas?- Pregunto confusa por el cambio repentino, además, ese día no había cenado y la bebida nunca le sentaba muy bien.
- De esto- Dijo, tocando con su nariz la sonrisa de su chica- Me gusta que sonrías, me gusta mucho. Cuando se que soy la causa de tu sonrisa, mi pecho se hincha y me siento triunfador de algo.
Elsa sonrió aún más.
- Dime- Sujeto la mano de ella con una de las suyas, entrelanzandolas y dejandolas ver bajo la luna- ¿Qué debo hacer para verte siempre sonreír?
- Solo- Dijo, mientras apoyaba cariñosamente su frente en la de él- solo no me hagas más daño Alonso.
Se separo de él, para ver su reacción, y pudo ver en sus ojos un destello de tristeza que le colo en el corazón.
Sabía que iba a estar mal lo que iba ha hacer, lo sabía, pero aún así la agarro fuertemente de la muñeca y tiro de ella casi arrastrándola por toda la pista de baile mientras ella daba un último sorbo a la bebida para que acabase y dejarla encima de una de las mesas. La subió por las escaleras y todo encolerizado se abrió paso por aquella cola tan larga, colándose.
- Eh tú, espera tu turno- Dijo uno del fondo, sin embargo Alonso se giro y le dedicó una de sus miradas más amenazadoras, una que nunca había visto Elsa y que la hacía temblar de miedo.
Tiro de forma agresiva de ella y de un plomazo se encontraba dentro de una habitación y empotrada en la puerta, con los dos brazos de Alonso a ambos lados de su cuerpo, impidiendo la un escape.
Miro aquella habitación y se dio cuenta de que se encontraba en la misma habitación que tiempo atrás habían estado juntos. Cuando él era el anónimo y lo negaba.
Ahora la habitación estaba distinta, la decoraba un cama ya abierta, y una mesita de noche.
Los labios de Alonso se precipitaron en los de ella, generando un choque fuerte y violento. El beso más apasionado e intenso que Alonso la había dado, y ella dejándose llevar, queriendo quitar de su cabeza aquel enfado tonto que le había surgido, un enfado hacia el mismo por no poder cambiar. Agarro el cuello de su camisa y le atrajo.
Casi no podían respirar, pero se sentían bien así, asta que Alonso poso su mano en los muslos de ella y fue subiéndola lentamente hasta llegar a sus caderas. Jugueteo con sus bragas asta que sin pensarlo decidió despojar la de ellas y a Elsa automáticamente le vino al pensamiento la imagen que dejo a medias cuando entro por la casa, aquel pensamiento de él pidiéndola matrimonio y ella finalmente dijo "no" , reaccionó deteniendo la mano de él.
- No, para- Casi suplicó.
- ¿Por qué?
- Porque no puedo- Dijo destrozada, admitiéndolo finalmente, demostrando su debilidad- No puedo Alonso, no estoy preparada, y si te soy sincera no creo que lo este muy pronto. -Se separo de él, acomodándose el vestido.
- Joder- Dijo dando un golpe con la mano abierta en la puerta- Ves Elsa, yo soy así. Soy así y no puedo cambiar y quizás tampoco quiero, quiero que seas mía pero no estas preparada, y digamoslo claramente, ni tú entenderás mi postura ni yo la tuya.
Dicho lo dicho se giro y antes de salir por la puerta susurro un:
- Yo nunca conseguiré hacerte feliz.
Después la cerro, dejándola totalmente sola.
Todavía ningún músculo de su cuerpo podía responder, no podía moverse y ni mucho ir detrás de él para detenerle de algo de lo que llevaba huyendo bastante tiempo.
Se tiró en la cama y echo a llorar, mientras su mano apretaba fuertemente las sábanas con olor a amor, y eso la hizo aún más llorar.
Las uñas estaban quedando marcadas en las palmas de sus manos.
Sus ojos estaban llorando de dolor.
Su cuerpo estaba descompuesto y en proceso de incineración.
- Oye- Murmuro alguien asomando su cabeza por la puerta- Si ya no la vas a usar ¿Podrías salir?
Acepto y se levanto desgastadamente, parecía como si un tren hubiese pasado por encima de ella. Y mientras salía de aquel cuarto y bajaba las escaleras para encontrarse con su nuevo amigo el alcohol, comenzó a recordar aquel brillo de triste de Alonso... aquel brillo, lo decía todo, estaba segura de que esa era la última vez que le iba a besar.
Lo sabía
Lo presentía.
Cogió un chupito cualquiera y se lo trago, produciendo aquel ardor en su garganta, pero se sintió bien, sintió bien que algo la hiciera daño y la olvidase el echo de que no volvería ha estar con Alonso.
Después fue ha localizar a sus dos amigas,cogió a Cristina y la separo de Alberto al igual que a Sandra de Pedro.
- Uyuyui-Dijo Cristina mientras agarraba de la cintura a su amiga(Elsa) completamente borracha y tambaleándose - Creo que has bebido demasiado pequeñina.
- Yooo...- Dijo con la boca de lado- Yo... nunnnca osss he contado algunassss cosssass... Alonso y yo essstabamoss juntoss desssddede-de-de hace mucho tiempo...
- ¿Qué dices Elsa?- Preguntó Cristina, sin embargo Sandra no se extraño mucho.
- Alonssooo eraa el chico que no querrría esperrarr por miii- Dijo pronunciando mal.
Cristina entrelazo ideas, y después, aunque sabía que su amiga estaba realmente mal, se sintió engañada.
- Tú nunca me lo has contado- La acusó.
- Lose lose- Dijo mientras movía la mano con desinterés.- Nunca os lo he contado.
- Sandra, tú cuida de ella, yo me voy con Alberto.- Pronunció rencorosa.
Pero de pronto apareció Alberto por detrás de ella
- Qué, ¿te vienes a bailar?
- Si mi amor- Dijo llevándose por la mano de él asta que una vocecita sonó detrás de ellos.
- ¡Tú!- Grito Sandra, a lo que la pareja se giro
Alberto la miro atentamente, la sonaba demasiado. Ella, esa chica... esa no era la novia/amiga/amante de ese tal... ¿Cómo se llamaba? ¿Pablo?¿Dedro? ¡Ah no, Pedro! Los ojos se le abrieron y se giro rumbo a la pista de baile sin soltar a Cristina
Sin embargo no fue a dar más de tres pasos cuando pudo oír perfectamente la acusación de aquella chica.
- Tú eres su camello.
Cristina se congelo, más bien, todo el ambiente se congelo.
- ¿Que has dicho?- Pregunto con Alberto a su lado.
- Que si este es tu novio, es el maldito camello que jodió a Pedro su vida.
- ¿Es eso verdad?- Le pregunto Cristina a Alberto con un tono bajo.
- Yo...- No supo que responder- Cris mi amor, yo lo estoy dejando.
Se separó de él, como si no le conociera.
- ¿Eres capaz de destruirle la vida a personas inocentes?¡Como eres capaz!
- Te juro que me estoy separando de todo eso, pero no es fácil Cris, allí si te vas te matan para que no se te suelte la boca.
- Da igual, nunca pensé ese tipo de cosas de ti ¡Joder!- Echo a llorar- tú...- dijo mientras la voz se le quebraba- me voy.
Corrió y salio por la puerta, y se propuso dejar todo atrás.
2 Comentarios:
HOLAAA :)
Me ha encantado.
Que pena me han dado Alonso y Elsa, pobrecitos, nunca serán felices?! Y nunca me podría haber imaginado que Alberto era el camellos que judío la vida a Pedro :O. Que interesante pero me da pena que sea ya el último capítulo el siguiente. Pero bueno ha sido precioso mientras ha durado
UN BESO :)
Holita Maria Love Forever
Pues a mi me encanta que te encante jajaja :)
ya, nunca serán felices? ajajaj menos ahora, verás.
Ya, sabía que nadie podría imaginárselo, triste, pero bueno como dijo Alberto salir de ese mundo debe ser difícil.
Si, el último capítulo aunque todavía queda el epílogo... y ¿Quizás una segunda historia?
UN BESOOOO !!! :)
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