Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)

Capítulo 5: ¡A LA PORRA CON MATTHEW!


El despertador sonaba enloquecido y yo estaba bastante cansada como para levantarme, estaba bastante aturdida por todo lo que me estaba ocurriendo todo estos días ¿Cuando empezó a descontrolarse mi vida? Pero yo sabía perfectamente la respuesta, todo comenzó a quebrarse cuando aquel muchacho rockero entro en mi vida de sopetón.
Literalmente, él había destrozado mi vida, él era el causante de todo y sin embargo... a veces me resultaba de lo más atractivo. No lo entendía, ni siquiera entendía como me deje llevar por su locura ¿Desde cuando yo había cambiado tanto?... Pero a esa pregunta, yo también sabía su respuesta, desde que el karateka llego.
Yo amaba a Matthew, él siempre había sido tierno y dulce conmigo, como una golosina. Él siempre educado y todos los días tenía una sonrisa para mi, nunca nos habíamos cabreado ni mucho menos peleado. Sin embargo ahora me parecía una persona cruel, y fría ¿Como he llegado a pensar eso de él?... sin embargo yo también tenía la solución, desde que el mismísimo diablo me beso hace apenas unas cuantas horas.

Tuve tan pocas ganas de levantarme, tenía miedo a lo que él día me depararía,  al futuro que me esperaría. Si, tenía mucho miedo. Cele siempre decía que era una persona muy controladora y aunque nunca lo admitiese, ahora me doy cuenta de que sí, así soy yo, me gusta tener todo bajo control, porque así es como soy feliz. Así es como yo era feliz...

Cuando mis ojos se dignaron a abrirse ya era tan tarde, que me dio aún más pereza arreglarme para solo una hora de clase, así que deje que el dolor y el sufrimiento me volvieran a arrastrar con ellos.

Din dong- Sonó la puerta a las siete de la tarde, y no me quedo de otra que levantarme con mi pijama azul de franela con estampados de gatitos, además de contar con un pelo enmarañado en una pinza mal sujeta a mi cuero cabelludo.
Din dong- Sonó de nuevo, y me exaspero la impaciencia de aquella persona. Me presente delante de la puerta, y con la idea en el pensamiento de que quizás pueda que sea Matthew, cogí bastante aire.
Con que abrí, una enana brujona con cabello pelirrojo se abalanzó sobre ami, y me abrazo fuertemente.
- Ey Cele, me vas a ahogar
- Lo siento- Se separo con rapidez cogiéndome de los hombros.- Te he llamado por lo menos doscientas veces al móvil y te he dejado mensajes de voz, ¿Tienes una idea de lo preocupada que me tenías? Señorita obsesa por el control- Intenta reñir me.
- Oh- Me asombro, pero al rato recuerdo mi reflexión matutina- Ya Cele, últimamente todo se esta desmadrando.
- Anda- Dice un poco arrepentida- No le pongas tanta importancia, tampoco pasa nada. Estas mala, te debes un descanso- Entra y se sienta en el sofá y yo la sigo.
- No me refiero a eso Cele. Las cosas se han puesto feas.
- Cuéntame, es sobre Matthew verdad
- Si, en gran parte.
- ¿Y cual es la otra parte?
- El karateka- Suspiró al acordarme de nuestro beso, o sería mejor dicho, ¿de mi beso?, pero ella pone cara confusa- Si ya sabes, del diablo- Y arruga la frente- Si el hijo del diablo, el mismísimo Satanás- Y esta vez arruga también la nariz- Cele, del maldito rockero.
-Ahhhh- Suspira de alivio y desaparecen sus arrugas, al segundo me mira desconcertada y estalla en risas.- ¿Por que le llamas así?
- Cosas- Digo moviendo la mano con desdén, y cuando vuelvo a mirarla su risa cesa y se pone seria.
- Oh no me digas, te has enamorado del chico guapo engreído y mujeriego.
- ¡¡NO!!- gritó horrorizada- Claro que no- suavizo mi tono- yo le odio a ese tipo.
- Entonces... ¿Qué ha pasado con él?
- Que le he besado- Digo intentando quitarle importancia.
- ¡¿Tú primer beso?!
- No, si, bueno es bastante raro- Hablo deprisa, levantándome del sofá y sentándome al lado de la chimenea, ¡Que frió hace coño!
- No te entiendo, dices que le odias y le besas ¿Qué pasa en tu cabeza?
- Eso quisiera saber yo- Susurró.
- ¿Y Matthew?
- Ese es el gran problema Cele, que el vio como le besaba.
- ¡¡¿Qué que?!!
- Si- Me tapo la cara con las manos, deprimida.
- Joder... esto es bastante para analizar Lily.
- Lose- Murmuro, tapada todavía con mis manos.
- Haber, ¿Por que le besaste?- Rompió exasperada.
- No lose Cele ¿De acuerdo? Ese tipo me irrita demasiado, con el mi parte más furiosa se asoma, le odio e incluso e deseado que muriese, pero de pronto olvido eso y me siento terriblemente atraída por el y por su sonrisa socarrona, ni yo misma lo entiendo pero... es como si...
- ¿Como si le odiases y amases al mismo tiempo?
-¡No por dios! Yo no le amo, simplemente es...- Venga suéltalo, admítelo- guapo
- ¿Guapo? Por dios Lily, el es más que eso
- Ya ya. Pero la cosa no es esa, no intentes adivinar que siento por ese chico, lo realmente preocupante es que Matthew esta enfadado conmigo.
- ¿Y porque debe de estarlo?
- Pues eso me pregunto yo- Me destape el rostro, igual de exasperada que ella, ahora si que no entendía nada.
- Quizás le gustas- Susurró, y me ilusione- Lily, no has pensado que quizás sintió celos.- Pero al rato me acuerdo de un nombre.
- No Cele, el esta con Janelle.
- ¡¡¡¿¿Con Janelle?!!!- Grita.
- Si Celeste, con Janelle.
- Seguro fue broma.
- A mi no me lo pareció cuando vino pidiéndome condones.
- ¿Que que?- Dijo incrédula- Ese estúpido se atrevió a pedirte condones.
- Si
- Sabes que, olvídate de él. Matthew es un tonto que no se da cuenta de lo que tiene, ni siquiera se da cuenta de que estas terriblemente enamorada de él.
- Si, debería...- Y me siento a su lado. Agacho la cabeza. Y mi reflexión matutina se asoma por un pequeño hueco de mi cabeza gritándome- Él tiene toda la culpa.
¡Él tiene toda la culpa!
- ¿Quién?¿Matthew?
- No, él no, si no el rockero.
- Eso es absurdo Lily, el no ha echo nada, tu le correspondiste encantadamente al beso, y te tengo que recordar que fue tu primer...
- Te equivocas- La corte tajante- Ese fue mi segundo beso.
- No te entiendo, hace un rato dijiste...
- Bueno te mentí, ¿De acuerdo?. Mira todo comenzó a complicarse hace apenas unos tres días, y tú ni siquiera estabas al tanto. Ese día todo empezó a destrozarse, comenzó por la mañana cuando por primera vez mi sueño se vio interrumpido ¿Y sabes quien interrumpió que besará a Matthew? el maldito rockero, además por su culpa fue la primera que no me monte en el coche de Matthew, por su culpa tuve que correr por todos aquellos parques solitarios, por su culpa perdí mi primer beso, porque el me agarro desprevenida y me lo robo, porque por su culpa por primera vez llegue tarde a clase, porque por su culpa- Empece a subir la voz- Ádrian tuvo la satisfacción de regañar me,  porque por su culpa no me di cuenta de que Matthew no estaba en clase... ¡Joder Cele! por su culpa empece a perder el control. ¡Y le odio!
- Eso sigue siendo injusto, él no puede saber todo esto.
- Me da igual le odio y punto.
- Bueno y...- Dijo al ver lo triste que estaba- ¿Qué tal esta tú padre?
- ¿Qué le ha pasado a mi padre?- Pregunto preocupada.
- Lo del pie, que se torció el tobillo.
- Ahh- Me sonrojo
- Ya entiendo- Ladeó la cabeza.- Bueno Lil- así me llamaba en ocasiones- te dejo o si no llegaré tarde a clase de piano.
- Vale- Me levanto y en la puerta nos despedimos.


Cuando me desperté al día siguiente me sentí diferente, quizás era por la conversación que tuve ayer con mi querida pelirroja o quizás porque hoy era el habitual día en el que Matthew no me recogía con su coche para ir juntos al colegio, algo que agradecía debido a todo lo que paso ayer. Hoy sin duda, era el día de ir a la cafetería de Tom, porque hoy era Martes y como todos los Martes, pasaría mi desayuno en aquella cafetería. ¡Aleluya, algo que seguía como rutina en mi vida!
Me miré en el espejo y una vez que cerciore mi sonrisa entendí que por alguna razón inentendible y que ni yo siquiera pensaba entender, me sentía increíblemente feliz, tanto, que pase de aplicarme en la cara maquillaje.
Hoy, no pensaba impresionar a Matthew, es más, a la porra Matthew.
Cuando termine, agarre la mochila y salí de la casa dando saltitos, algo que solo hacia cuando acababa de ver al increíble modelo de Matthew pero.. ¡A LA GRAN PO...
-Ey Lily, espera un momento- Dijo una voz dulce bastante familiar interrumpiendo mis pensamientos, y cuando me di la vuelta, ahí estaba él. Con aquella camiseta azul eléctrico que también le quedaba, sus ojos azules brillantes y su pelo aún más rubio de lo que lo recordaba ¿Se había teñido? fruncí el entrecejo.
- ¿Qué te pasa?- Me pregunto.
- Nada- Respondí desviando mi mirada de la suya, segunda vez que lo hago en toda mi vida.- ¿Qué haces levantado tan pronto?
¡De verdad íbamos ha hacer como si nada!
- Bueno...- se rasco la nuca- me acorde de que los Martes siempre te vas a desayunar a la cafetería de Tom y bueno, ¿Puedo acompañarte?- Pregunto de sopetón.

¡No no y no! Se acabó Matthew, no pienso hacer como si ayer no hubiese pasado nada, ayer me hiciste daño cacho cabrón, ayer me llamaste cínica y me pediste condones ¡cacho cerco! no esta vez no...
- Vale- Me encogí de hombros, y al rato mi minicerebro dio una colleja a mi cerebro, y así se originó una batalla en mi interior, mientras que yo intentaba actuar con normalidad "¡Qué has echo!" gritaba mi minicerebro decepcionado a mi cerebro.- Déjame-  dije en voz alta y me sonroje, mierda, eso era un pensamiento intimo para mi minicerebro.
- ¿Quieres... quieres que no valla entonces?- Pregunto nervioso.
Venga, ahora es tu oportunidad, rechaza le, rechaza le, rechaza...
- No- Me paro en seco para ver su reacción de confusión- Quiero decir, si ven, no me importa.
Mierda... ¿Qué he echo?
- Qué buen día hace hoy ¿Verdad?- ¿Enserio quiere que hablemos del tiempo?
- Si.
- Te veo distinta- Dijo observándome - ¿Hoy no te has echado maquillaje?- O no mierda ¿Como iba a saber yo que el entrometido y dulce de Matthew quería alistarse a mis planes? ¡Mierda! ya sabía yo que no maquillarme no iba a ser una gran idea...- Te sienta bien.
Me quede paralizada y sonriendo como una idiota. Ha dicho que me sienta "bien" ¿eso que quería decir?
- ¿Te gusta?- Pregunté reanudando el paso.
- Si, se te ve más... natural.
- Gracias- Me sonroje, obligándome a recordar no dar saltitos mientras él estaba a mi lado.
- Bueno y.. ¿Qué tal tu padre?
- ¿Mi padre?- Pregunté desconcertada, y entonces me vino un recuerdo de Cele preguntando lo mismo. Mi minicerebro volvió ha dar una colleja a cerebro- ¡Ah claro, mi padre!- Exclame, aunque sonó bastante ridículo- Pues se esta recuperando.
- ¿Cómo se torció el tobillo?
- Pues...- mierda- él...- improvisa- él estaba... cocinando- levanta una ceja Matthew incitándome a que continuase- y...- di lo primero que te venga a la cabeza- y se le cayo la comida.
- Ahhh- exclamo, mirándome como un bicho raro- ¿Entonces se torció el tobillo porque se le cayó la comida?- Si, ahora si que sonaba bastante absurdo en sus labios.
- Si, porque era cocido y cuando cayo a sus pies caliente se sobresalto, se escurrió y tuvo que ir a urgencias- "¡Bien echo!" Dijo mi minicerebro chocando los cinco con mi cerebro.
-Eso suena más razonable- Se rió nervioso.
Le miré atentamente, ¿Por qué estaba hoy tan nervioso?, las manos le temblaban y no conseguía quitar aquella sonrisa tan rara de su boca ¿Qué le esta pasando?.
Al fin llegamos a la cafetería y me sentí como en casa, aquella cafetería era sin duda como un gran hogar, conocía los cocineros, camareros y al que dirigía esta empresa como la palma de mi mano, y yo era su habitual clienta VIP.
Acelere mi paso a uno de los taburetes y me senté ágil.
- ¿Qué hay Tom?- Pregunte como todos los días.
- Todo bien por aquí, como siempre dulce Lily- me acarició mi mano- Aunque tengo una mala noticia para ti.
- ¿Cuál?
- No nos queda la especialidad de la casa
Mi cara se ensombreció  ¿Qué esta pasando hoy? Por más que intento estar feliz algo me lo arruina, pero Tom, no tenía la culpa.
- Lo siento- Me dijo.
- No pasa nada, con un croissant y un café con leche me las arreglaré- Y Tom se metió en la cocina.
- ¿Oye que tiene ese tipo?- Me preguntó Matthew y me sobresalte, porque no estaba habituada a venir con alguien.
- Nada
- Como que nada, ¿Has visto como te mira? por dios si es más viejo que mi propio padre- y eso me recordó a lo de el karateka
- Ya Matt- siempre le llamaba así cuando me cabreaba con él- pero es mi amigo y llevo viniendo aquí cada martes durante cuatro años, creo que quizás no pasa nada porque me toque o mire, además no te debes meter en mi vida- Dije seria y enfadada y entonces, vi el arrepentimiento en sus ojos azules.
- Lo siento. Y esto me recuerda a una charla que debemos tener.
- No Matt, ahora mismo no quiero hablar de nada.
- ¿Ya estas otra vez enfadada?
- Si Matt, hoy no esta mi maldito desayuno y el enfermizo de mi mejor amigo vuelve con sus obsesiones- Oh, por fin había dicho lo que pensaba.
- Lo siento vale, puedes hacer lo que te de la gana con tu vida, yo sólo te intentaba avisar de que ese famoso se va revolcando por cada rincón con todas las tías, y que tú eras una más.
- Ah si- Me cabree aún más, y no sabía porque ¿Quizás porque me dolía que tuviese razón? Que cosa más ridícula, a mi la vida de Ray Kin me la repamplinfaba. Y entonces me vino un nítido recuerdo- ¿Como tu queridita novia?- Pregunte elevando la voz, y Tom salió al momento de la cocina con mi desayuno.- Sabes que...- dije más dulce dirigiéndome a Tom- Cobra te la cuenta, se me ha quitado el hambre.
Agarro mi mochila toda llena de rabia y antes de salir de allí, le susurro en el oído a Matt.
-A la porra con Matthew.
Y por una vez me siento liberada de no tener que tomar el control de la situación...

Voy camino al colegio mientras mi cabeza me da vueltas, tantas que decido dejar de pensar en todos, y acelero mi paso para no tener que llegar tarde
Y... Caramba ¡No llego tarde! Quizás descontrolando me estoy tomando el control de la situación, quizás debería de hacer lo que yo quiero sin preocuparme de las causas que origine, si quizás yo... miro hacia delante y no me puedo creer lo que veo.
La clase ya ha empezado y Matt también había llegado a clase. Pero lo que me tenía sorprendida, era que aquel muchacho famoso se encontraba en primera fila y comiendo su desayuno ¿Qué se creía que era esto? Miré al profesor enrabieta, y él, me miró con temor, porque sabía perfectamente lo cuadriculada que yo era y lo mucho que iba a detestar ver a ese despojo de la sociedad comiendo deliberadamente mientras el profesor da clase.
- ¡Pero que es esto!- Grite saltando de la silla.
- Señorita Belleth, por favor.
- No no no, no me pienso sentar asta que ese- Señale al diablo- tenga un poquito de respeto a la clase.
- Señorita Belleth, siéntese y no me haga la clase insufrible.
- Pero no te da vergüenza dar clase mientras que ese despojo esta comiendo en tu cara.
- ¡Seeñorita Belleth, cállese!- Grito enfadado.
- ¿La realidad duele?
- Señorita Belleth, esta clamando mi paciencia.
- ¿Y él no?- Y justamente Ray se volteo con una sonrisa divertida, ¿Cuántas maneras había en este mundo para destrozarle esa sonrisa estúpida?
- Señorita Belleth..- Susurró.
- Acaso no tienes cojones de enfrentarte a él.
- ¡Fuera!- Grito al fin- Al despacho del director.
- ¿Y él no?- Seguí con la discusión.
- Y dígale al director que mañana no quiero verla aquí.
- Bueno- Me encogí de hombros- Será mejor visitarle que quedarme viendo como tu reputación baja.
- No, mejor, dígale que la quiero fuera durante dos días.
- Vale, así podré desayunar.
- No espera- Se retracto antes de que saliera del aula- mejor dígale, que tiene que hacer ocho horas adicionales.
- ¿Qué?- Pregunte horrorizada.
- Lo que oye.
Y salí de allí dando un portazo.
Ves Cele, me dije mentalmente, el siempre lo arruina todo.

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