Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)

Capítulo 20: El alcoholico

Cuando entró por la puerta tiró las llaves al cesto y se tiró de pleno en el sofá del salón. Todavía podía notar sus músculos tensos, debido al miedo que se asentaba en su interior, porque Alonso fuera capaz de abandonarla en cualquier momento.
Aún así ella prefería pensar que siempre estarían juntos, que el era sincero. ¿Pero y si no lo era?
Confiar o no confiar, todo era tan difícil. Esta bien que el había removido casi cielo y tierra para que pudieran estar juntos pero... ¿Que pasaba de todas aquellas ocasiones que la había dejado de lado por un motivo o por otro? Después de su cita mal parada. De su carácter frío en aquella fiesta. De las miles y miles y veces que la humillo en el bar. De cuando se le encontró con otra que no era ella entre sus brazos.
De acuerdo, ella sabía que todo eso había sido culpa de su padre. De su maldito padre, que parecía que el fin de su vida era arruinar la vida de su hija pero... ¿Acaso aquel muchacho con ojos color café tenía escusas para todo? ¿Y si al fin y al cabo su amor no era verdadero?
¡Es más! En una ocasión incluso el afirmó no estar seguro de lo que sentía. ¿Y si no sentía tanto como ella?¿Y si ni siquiera sentía amor por ella y lo confundía por otro sentimiento? o peor aún... ¿Y si sólo todo esto era un función con el fin de conseguir apuntarla en su larga listas de conquistas?
Todo era tan caótico. Claro que confiaba en él... pero quizás no tanto.
El al fin y al cabo había sido un conquistador hacia a penas dos meses a lo mucho. Él había estado con cientos y cientos de chicas, y a cada una le decía cosas románticas ¿Y si las palabras que ha ella le decía, el ya las había usado? 
Se atemorizo de sólo pensarlo. Porque ella, si había caído en el amor. Ella si quería estar con él...
Pero ¿Y el?
Si por algo se caracterizan los mujeriegos es por que nunca, jamás se puede confiar en sus palabras y sin embargo ahora ella, dependía de ellas. De sus te quieros, de sus te necesito.
Y entonces fue ahí cuando se dio cuenta, de que aunque fuesen mentira. Le encantaría oír esas mentiras durante toda su eternidad.
Porque estaba completa e irreversiblemente enamorada de él.
Todavía podía recordar lo nerviosa que se encontraba cuando le confesó que era virgen, ¡Y que decir de su sorpresa!. Aquello le pilló de improvisto.
 Pero su sonrisa se esfumó al momento.
Como bien sabía el era un player , él se había costado con cientos de chicas, incluso quizás con dos en el mismo día... ¿Qué pasaba si duraba mucho en determinar si Alonso era el amor de su vida?¿Qué pasaba si el se cansaba de esperarla? Dijo claramente, te esperare lo que haga falta ... pero... y si sus fuerzas flaquean. Y si después, cuando lleve a la práctica aquella frase se eche para atrás y acabe ahuyentado como un perro y en los brazos de una cualquiera capaz de saciar sus necesidades. La cabeza le daba mil vueltas.
Estaba tan cansada de pensar, que decidió levantarse de aquel sofá y dirigirse a su habitación, hasta que un carraspeo de garganta la saco de su ensueño.
- Papa ¿Qué haces levantado?- Se sorprendió por no haberle visto antes.
- No, mejor dicho ¿Qué haces llegando a estas horas?
- Estaba con Alonso- Dijo de forma natural mientras colgaba su abrigo en el perchero.
- ¿Qué que?
- No grites tanto o despertarás a mama.
- No te quiero volver a ver con ese chico.
- No tranquilo, si lo que es verme, no me verás.
- ¡Ves!- Dijo levantándose y señalándola para dar énfasis- Ya incluso hablas como él.
- Mira papa- Dijo antes de subirse al cuarto- Ni él es una mala influencia ni tampoco me estoy comportando como él, creo que soy suficiente madura como para tener personalidad propia y punto. Y sabes que, estoy harta de tus reclamaciones y castigos. Así que te lo voy ha decir para avisarte y no por obligación, desde hoy Alonso es mi novio- Su padre fue ha refunfuñar pero ella se adelanto- Y quiero que le respetes. Me voy a la cama- se quitó la bufanda- Estoy cansada.
Después subió las escaleras, dejando de piedra a su padre y se metió en su habitación. Se tiró en su blandita y esponjosa cama y agarró el móvil. Cuando vio todos aquellos mensajes de su querido anónimo se apunto en su lista de tareas cortar con él de raíz. Ya no era bueno engañándose con que no sentía nada hacia a Alonso. Porque lo sentía todo.

Mientras tanto en otro lugar...



Perdóname

Otra vez aquel mensaje volvía salir en su bandeja de entrada. Alberto había llenado toda la primera página con palabras de arrepentimiento y disculpándose. Pero aquello había terminado, ella lo zanjo hacía a penas una tres horas.
Ella no quería estar con él. O mejor dicho no debía. Él era lo opuesto a ella, y ella ya estaba cansada de su carácter celoso, y porque no, también caballeroso.
Era el ser humano más odioso y a la vez más bello que había visto.

Perdóname

Otro mensaje más ¿Acaso aquel chico era rico o que?. Cristina no quería nada con él, se lo dejo bastante claro sin embargo él parecía no entenderlo. No se daba por vencido.

Perdóname

¡Oh dios mio! esta vez ni siquiera había pasado un segundo, ¿Acaso se estaba convirtiendo en un acosador? Cansada de pensar en él, tiró el móvil por la habitación. Cansada de sus lamentaciones que no le iban a llevar a ningún sitio. La decisión ya estaba tomada, ellos habían roto. Aunque era irónico porque no había llegado lograr ni siquiera al día.
tiriri-  Volvió a sonar su móvil, indicándola que tenía un nuevo mensaje.
Sin poder reprimir sus ganas agarro de nuevo el móvil, que estaba tirado por el suelo, y miro el mensaje.

Sal, necesito hablar contigo.

¡¿Qué?! que más cosas necesitaba dejarle claro. Ya lo había dicho todo ¿Acaso no le basto?¿Acaso quería sufrir más? Salió de su cuarto agarrando una chaqueta con la clara idea de ser lo más dura posible para que tanto el uno como el otro se olvidaran de cualquier posibilidad de volver, sin embargo cuando abrió la puerta de la calle y se encontró con Rub, sus músculos se pararon completamente.
¿Qué hacía aquí?
- ¿Qué haces tu aquí?- Dijo.
- Venir ha hablar contigo.
- ¿No crees que es un poco tarde?- Dijo mirando como la noche se posaba. Aunque sabía perfectamente que aquello sólo lo hacia para tapar aquel sentido metafórico de la frase.
- Para hablar nunca es tarde- Se acerco a ella.
- Para mi si. Tengo sueño, estoy cansa, y quiero dormirme, así que cuanto antes mejor.- Observo la venda de su nariz.
Dicho lo dicho Rub no tuvo más opción que ir a la acción, sin anestesia ni precalentamiento. La sujeto de la cintura y atrayendo la hacia el hizo lo que tanto ansió desde hace bastante tiempo, besar la.
Al principio ella no movía sus labios, ni se dejaba llevar. Pero más tarde comenzó a corresponder aquel beso que tantas ganas tuvo de hacerlo hacia menos de cuatro horas. Después casi como si le doliera se separó de ella unos milímetros.
- Se mía- Dijo.

¿Se mía? Y darle con se mía. ¡Acaso ninguno de aquellos dos estúpidos no entendían que ella era de ella!¡Que ella nunca sería de nadie!. Al parecer no solo Alberto era el tonto, si no Rub también. Cerró sus manos en un puño y pensó seriamente sobre si darle una bofetada, pero Alberto ya había demacrado lo suficiente su rostro para un mes.
Fue a protestar cuando los labios de él la callaron. Y ella volvió a corresponderle. De la misma manera Alberto se separó y volvió a repetir.
- Se mía.

Pero de nuevo sus reflejos no eran tan rápidos como los de él, y este la hizo anda hacia el interior de la casa mientras seguían besándose apasionadamente. Al principio Cristina se dejo llevar, asta que noto que ya no estaban fuera, si no dentro, y caminando seguramente hacia su habitación. Sus palabras cruzaron por su mente Se mía. ¿Ha eso se refería?
Se separó de él de un empujón.
- Fuera de mi casa- Dijo sorprendiéndole.
- ¿Pero si...?
- He dicho, que fuera de mi maldita casa- Se restregó la manga por sus labios, borrando cualquier rastro de la saliva de él.- Y yo- Dijo abriendo la puerta- Ni soy tuya, ni de nadie- Después él, con su cabeza agachada traspasó la puerta y ella dio un portazo.
Cuando volvió al cuarto pudo ver seis nuevos mensajes de Alberto.
Entonces sin saber bien porque sonrió ¿Qué la sucedía?

Al día siguiente...

- Si que has tardado en vestirte- Dijo Alonso al ver a su novia doblar la esquina de la calle.
- Bueno, las mujeres siempre nos hacemos esperar- Le dedicó una sonrisa- por cierto, no quiero que vuelvas a esperarme en esta esquina.
- ¿Por? ¿Te han dicho algo tus padres?¿Ahora te tendré que esperar en la segunda esquina?
- No. Me recogerás en la puerta de mi casa.
- Pero y si tus padres...
- Me da igual. Eres mi novio oficial, y te comportarás como tal.
- Por mi encantado- Dijo abrazándola por detrás.
- Y cuéntame, ¿Hoy que vamos ha hacer?
- Pues he pensado... que como va a ser nuestra primera cita oficial, fuésemos al cine.
- ¿Al cine?¿Por que?
- No se- Se encogió de hombros- todas las primeras citas son en el cine. Yo apunto que es porque en la primer contacto no se habla mucho y por ello se adopta la opción del cine. No hay que hablar mucho y encima si tienes suerte y la aterroriza la película la podrás abrazar de forma protectora.
- ¿Y si ven una de amor?- Preguntó.
- En tal caso, se podría llegar a ganar un beso el chico.
- Oh, valla- Volvieron a su cabeza sus dudas anteriores- ¿Cómo sabes tanto?
- Bueno... yo...- Se toco la nuca algo nervioso- antes no era así.
- ¿Así como?- Inquirió Elsa.
- Ya lo sabes Elsa, antes era un mujeriego.
- Y ya no- Intento afirmar pero salió más como una duda.
- ¡Claro que no!- Repuso ofendido.
- Lo siento- Se disculpo- Solo que me parece tan raro- Arrugo su entrecejo.
- ¿Por que?- Dijo mientras seguía abrazándola por detrás.
- Es como si un alcohólico lleva diez años enganchado a su vicio y de un día para otro dejase de beber. Es.. simplemente raro.
- Yo no lo interpretaría de esa manera.
- ¿Entonces de cual?
- Mas bien sería de un alcohólico que encontró su bebida favorita. Estoy seguro que si entonces le metieras en una habitación repleta de botellas sin etiqueta, y oliera la boquilla de cada una de ellas, encontraría a la suya, la especial, la que más le vuelve loco, la que le encanta.
- ¿Estas intentando decir que sepo bien?
- No, estoy intentando decir que eres especial.
- Oye.
- ¿Si?
- ¿Y porque soy especial?
- Sinceramente, no se darte una explicación, sería como preguntarte ¿Por que te llamas Elsa?
- Me llamo Elsa- Comenzó a explicar- Porque cuando era pequeña mi madre había elegido ella el nombre de mi hermano y a mi padre le tocaba esta vez. Además él había echo un trato con un virgen de mi nombre, con que me pondría el nombre y el pasaría las pruebas de bombero.
- ¿Las pasó?
- La verdad es que no. Pero igualmente yo me sigo llamando Elsa- Rió.
- Tienes explicaciones para todo ¿Verdad?
- Si, a si que ni lo intentes. Tengo otra cosa que preguntarte.
- Dispara.
- Pero no quiero que te ofendas ni nada ¿De acuerdo?
- De acuerdo.
- Tú... alguna vez- hizo una parada- Sabes que, déjalo, no quiero que te cabrees conmigo.
- No venga, prometo no cabrearme.
- ¿Y prometes ser sincero?
- Si.
- Alguna vez me has dicho una frase, que a conciencia sabías que la habías utilizado con tus otras conquistas- El se paro, y por un momento pensó Elsa que dejaría de abrazarle. Sin embargo al rato recompuso la compostura y siguió andando mientras la abrazaba por detrás.
- Si- Susurró- Si lo hice.
- ¿Lo hiciste ayer? se sincero por favor.
-  Si, no, quiero decir- Resopló, haciendo volar algunos cabellos de Elsa- Si lo hice, pero no a conciencia.
- Oh- Sólo se le ocurrió decir mientras una lágrima rodaba por su mejillas ¿Y si de verdad sus dudas de ayer eran ciertas?
- Pero te vuelvo ha decir que eres única.
- Y responde me de nuevo ¿Ha cuantas chicas les has dicho lo mismo?
- A bastantes- Dejo caer su cabeza en el hombro de ella.
- Entonces no soy la única.
- Si- Libero sus brazos para plantarse delante de ella, y fue cuando vio su lágrima y lo triste que se había vuelto.- si eres la única.
- ¿Cuantas chicas te han preguntado si les habías preguntado a otras si eran únicas y al saber la respuesta...
- Calla- La rogó Alonso, no quería de nuevo tener que afirmar aquello- ¿Por que tantas dudas?
- ¿Por que no?¿Por que dejar de ser lo que uno es?¿Por que cambiar?¿Por que ser sincero?¿Por que no tener otras intenciones?
- ¿Y por que si?
- No lose.
- No dudes de mi.
- ¿Y como no hacerlo sabiendo como eres?
- Como era.
- A veces asta los más adictos a una botella específica se cansan de ella.
- Y otras tantas acaban locos por conseguir una gotita de aquella botella.
- Entonces estoy en un cincuenta por ciento.
- Dirás estamos, tú también puedes cambiar de idea.
- Se que nunca lo haré.
- Entonces yo tampoco.
- ¿Como estas tan seguro?
- ¿Como lo estas tú?
- No lose.
- Ves, ahí cosas difíciles de explicar.
- Cierto- Dijo agachando la mirada.
- Mírame - Tomo su barbilla- No importa a cuantas chicas les haya dicho lo mismo que tú, o si les había acariciado al igual que a ti o incluso si me había comportado igual, porque lo importante es que tu me haces sentir como nadie. Y si, esto, probablemente también se lo he dicho a un par de chicas. Y si, también las había estado intentando convencer de que las quiero. Pero ahí una diferencia, que ha ellas nunca las esperaría- Se acerco a ella y retirando un mecho que cubría sus ojos enrojecidos la besó.- a ellas nunca las dije que las quería con tanta verdad.
- Sabes que- Se obligo a esbozar una sonrisa- Vayamos al cine, o sino se nos pasará la película.
-Tienes razón.

Así que lo que quedaba de camino asta el cine lo pasaron en silencio. Un silencio que no era ni cómodo, ni incómodo. Simplemente era... un silencio.
Cuando llegaron Alonso compró palomitas sin embargo Elsa se sorprendió cuando no compro las entradas.
- Nos vamos a colar- La susurró en el oído.
- ¿Qué?- Pregunto alarmada, notando como la adrenalina subía. Ella no quería colarse por toda la cara, a ella no le gustaban esas cosas, pero... se callo y siguió a Alonso.
- Ahora debemos meternos en los baños para disimular- La indicó.
Elsa se metió al baño, se miró en el espejo y puso cada mechón de cabello en su sitio.

¿Acaso piensas colarte con ese pintas? Att: A.

Un escalofrió recorrió todo su cuerpo. ¿La estaban observando? Era más que lógico que si. Salió corriendo del baño temiendo que aquel anónimo acosador estuviera metido en alguno de los baños esperándola  .Y por primera vez decidió escribirle.

Mira no se quien eres, ni que intenciones tienes, pero quiero que sepas que ya me harte de ti, tengo novio y estoy cansada de tus textos. Aléjate de mi. Att: E

Y entonces mientras vio como salía Alonso del baño pulsó la tecla enviar. Al cabo de dos segundos el móvil de Alonso sonó ¿Casualidades?, Elsa achinó su mirada, analizando le  y de nuevo desconfiando de él. Pero aquello era una duda tonta ¿Por que el iba a seguir mandándola anónimos? Espera... se esta girando ¿Por que se gira?
Ando asta donde él y asomó su cabecita por su hombro para poder ver claramente su contestación de hace unos segundos en la pantalla del móvil. Tecleo "borrar" y al girarse se encontró de pleno con Elsa.

- Eh...-Comenzó a decir nervioso- Hola, que rápido has terminado, siempre se dice que las mujeres en el baño sois como...
- Deja ya de disimular- le corto, fría- ¿Entonces tú eres el anónimo?
- Si, bueno no.
- ¿No? Acabó de ver como llegaba mi texto a tu móvil.
- Lo se pero tiene una explicación.
- Me voy- Se giró.
- ¿Por que? No te vayas, vayamos a ver una película.
- No me conoces- elevo la voz quitando la mano de Alonso que la atrapaba, estaba realmente cabreada
- ¿Cómo que no te conozco?
- Pues eso. Ni siquiera se porque estamos juntos. Ni siquiera se porque estas conmigo. No soy una chica del otro mundo y tú podría incluso asta embelesar a una modelo de victoria secret. ¿Por que yo? Además pensaba que te conocía, pero ya veo que no- Dijo señalando el móvil- y para colmo tu tampoco me conoces. Creo que nos hemos precipitado- Volvió a girarse.
- Espera- La volvió a impedir marcharse- ¿Por que ahora todo esto? Qué te pasa.
- Si me conocieras un poco sabrías que odio colarme en los sitios. Sabrías que odio tener una cena en sitio cutre, sabrías que odio los anónimos.
- ¿Lo dices por el cine? Entonces no entremos.
- Estoy cansada- Dijo pasándose la mano por la frente.
- Perdóname.
- ¿Por qué? Dame una razón para hacerlo.
- Por que te quiero.
- ¡Y como cojones puedo creerte si eso se lo habrás dicho a millones de chicas tan ilusas como yo para creerte!- Comenzó a llorar- es más, seguro que todo esto lo haces para llevarme a la cama.
- ¡¿Qué?!- Chilló casi- de verdad piensas eso de mi.
- No...  bueno si, quizás. Pero eso ahora ya da igual por que tu me has vuelto ha esconder algo.
- Te vuelvo a decir que esto tiene una explicación.
- Es que dios- Dio una patada al suelo enfurruñada con el mundo- No quiero más explicaciones, ni más escusas. Siempre le echas el muerto a otra persona, y estoy cansada.
- ¿Cansada de que?
- De tener que creerte siempre como una estúpida enamorada.
- Dame una oportunidad, no volveré a esconderte nada- Dijo tragándose su orgullo.
- ¿Otra?- Bufó- Pero sabes que pasa, que si ahora no corto esto ya no habrá marcha atrás ¿Lo entiendes? Ya es tarde, pero quizás no tan tarde para salvar mi corazón. Y prefiero dejar las cosas así, como están  ,irme, intentar olvidarte, más que sufrir el día que te encuentre con otra en tu cama. O el día que decidas que te cansaste de mi, o incluso el día que no quieras esperar más.
- Ninguna oportunidad más ¿Verdad?- Pregunto con la furia contenida en su mandíbula.
- Ninguna, ya me canse.


Cada uno cogió un camino contrario, para no tener que encontrarse de nuevo.
Aquello había estado mal. Había estado jugando con ella. ¿Si no porque haberla ocultado algo así? Además... como se atrevía a entrar al baño para mandarla semejante mensaje. Y ella aterrorizada por que fuera un psicópata. ¡Já!
Camino de vuelta a su casa, sin embargo el camino que había cogido la llevaba al lado contrario. Quizás su subconsciente la avisaba de que ir a casa no era la mejor idea. Quizás debería perderse en aquel pueblucho. ¿Porque no?¿Por que no ir hacia las afueras? Allí siempre se perdía debido a la juventud de las calles. Tomó la decisión y siguió andando hacia un rumbo perdido.
¿ Como se atrevió a utilizarla de tal manera? Además, aunque el día anterior fuese muy bonito, como ella mismo le dijo, era una mierda de local ¿Por que no llevarla a un restaurante?¿ O es que no quería mostrarla en público?... ni siquiera se quería gastar la entrada en el cine, que sucio.
Todo aquello había sido bastante ¿O no?
No, ladeó la cabeza, seguramente su estúpido corazón seguiría ilusionado con él. Seguro que aunque le diera mil puñaladas el seguiría bombeando a mil por hora cada vez que lo viese. Estaba cansada y ya no le quedaban escusas para permanecer a su lado. Ya no he existía un bar, ni una amenaza para mantenerse a su lado. Esta vez se trataba de lo que ella quería hacer. Y estaba claro que con que vio a una pareja en el banco de enfrente besando apasionadamente, tuvo la gran necesidad de girarse y disculparse ante Alonso, pero ella nunca había sido así. Ella era orgullosa, fuerte, y dura.
Ella no se arrastraba por los hombres.
Ella ni siquiera le confesaba al hombre que le gustaba su amor.

Sin duda había violado todas sus éticas morales. Pero ya basto, ya hizo bastante el ridículo por él. ¿O quizás no? Seguramente se muera de ganas por seguir babeando por el suelo que el pisaba.
Pero no debía. No estaba bien.
Ella había cambiado, y sin embargo él seguía siendo el mismo machito fanfarrón que jugaba con las mujeres.
¿En que momento pensó que ella pudiera cambiarle?
¡Que idea más estúpida! ... aunque no la  era hace menos de tres horas.
Cuando miró a su alrededor se alegro de encontrarse perdida, totalmente perdida.
Aun así y en vez de darse la vuelta como cualquier joven haría ella siguió hacia delante. Ni siquiera sabía donde iba, ni siquiera sabía si ya estaba traspasando las afueras, pero le daba igual. Su corazón andaba perdido, su cabeza andaba perdida ¿Por que no perderse ella también?
Resopló ¿Acaso a ella nunca le podían ir bien las cosas? Lloro amargamente a cada paso que daba, sabiendo que se estaba alejando cada vez más de él pero...
¿Eso era lo que ella quería? ¡Al diablo con lo que ella quería!
Siempre quería cosas malas, cosas que no salían bien, cosas que la hacían daño ¡A la mierda con lo que quería! ¡A la mierda con todo! Ya estaba harta de todo y de todos.
¿Debería volver ya a casa? Seguramente la antigua Elsa diría que si. Pero... cojones no había mandado todo a la mierda hace unos segundos.
Pues a la mierda también Tom.
Seguramente cuando le comunicase que había roto con Alonso se alegrará tanto que la compraría algún capricho. Pero ella solo quería el corazón de Alonso, ese que pensó que le pertenecía.
- Maldito estúpido- Dijo dando una patada a las piedras del suelo.
Se sentó en una banco y lloró desconsoladamente. Se sintió traicionada y engañada, y además tenía derecho de sentirse de tal manera. Al fin y al cabo todo se trataba de confiar o no ¿Verdad?
Pues ella no confiaba. No le creía, y tampoco tenía ganas. ¡Explicaciones! ¿Qué explicaciones podría tener aquello si no ya lo evidente? Pero claro, se le olvidaba que el siempre tenía escusas para todo. ¿No podría pedir perdón y punto? No, prefería quitarse el muerto de encima.
Quizás... si solamente se hubiera lamentado. 
¡Pero no! Eso ya no debía de porque pensarlo, porque lo echo echo estaba.
Escucho como el sonido de algunas hojas secas y se atemorizo  ¿Donde estaba? Pero no reconocía nada, y ni siquiera sabía como volver. Además no pensaba llamarle.
Llamo a cada una de sus amigas pero ninguna la cogió el móvil, además no tenían una moto ni un pedazo de coche para llegar aquí volando antes de que aquel intruso que merodeaba por su alrededor la atrapase.
Sin pensarlo dos veces le llamo.
- ¿Si?- Escucho al otro lado, pero no era él.
- Eres Alonso
- No, soy su tío.- Se quedo de piedra, y si era su tío el anónimo.- Te pasa algo.
- Si, es que... necesito hablar urgentemente con él.
- Tranquila, espera haber si le alcanzo- Dejo de escuchar después de unos minutos- Toma, te lo paso.
- ¿Quién eres y qué quieres?- Pregunto serio.
- ¿Puedes venir a buscarme?
- No te entiendo Elsa, hace un momento me echas de tu vida y ahora quieres que regrese
- No, bueno, si. Es decir, sólo quiero que me recojas. Estoy en mitad de un bosque a las a fueras y no paro de escuchar pasos. Pero si no quieres venir no hace falta- Dijo orgullosa- me las podré arreglar yo sola.
- Si- Dijo abriendo la puerta de su coche- me encantaría ver como te las arreglas tu sola, pero quizás no eres tan fuerte como piensas y podrías acabar de la peor manera que puedas pensar. Aguarda, en cinco segundo estoy allí.- y colgó.

Menos mal que como  prometió en cinco minutos llego donde ella estaba y esta deprisa se monto en el coche.
- ¿Donde te llevo?- Pregunto mirándola, preocupado.
- A mi casa ¿No esta claro?
- Podrías ser un poco más amable ¿no crees? Acabo de salvarte la vida.
- Entonces déjalo - Dijo abriendo la puerta del copiloto, y este sopesando lo que iba ha hacer se precipito y cerró la puerta.
- Sabes... a veces eres tan...
- ¿Odiosa?
- Si.
- Mejor, así no te queda oportunidad de querer seguir jugando conmigo.
- Elsa, he intentado explicártelo yo no quiero jugar contigo, lo que ha pasado hace un momento...
- Para- Le cortó- No quiero escuchar más, simplemente llévame a casa.
- ¡Bueno y yo si quiero que me escuches!
- Puedes hablar todo lo que quieras, no pienso escucharte- se encogió de hombros mientras miraba el paisaje.
- Pues deberías, te estas transformando en una niña inmadura.
- mmmm- Respondió esbozando una falsa sonrisa- ¡Cuanto me gusta la inmadurez!

Y esas fueron sus últimas palabras durante todo el trayecto. Cada uno miraba sus cosas. Después cuando paso un poco de tiempo Alonso se detuvo.
- Elsa, si solo pudieras escucharme.- Susurró, a sabiendas de que ella escucharía.
- Lo siento- Le miró con los ojos cristalinos, haciendo una pausa y provocando una pequeña sonrisa en Alonso que ella misma se encargaría de destruirla segundos después- Pero mi tiempo es muy valioso para malgastarlo contigo.

Y de aquella manera bajo de coche.
No quería escucharle hablar nunca más. El era su perdición y si solo hubiera dado una escusa para perdonarle, ella la hubiera aceptado encantada.
Subió los escalones con las lagrimas saliendo de sus ojos y dejando perplejos a sus padres. Después se encerró en su cuarto y grito abiertamente que no quería visitas.

Después de unos días...

El tiempo es subjetivo, es relativo.
Era bastante curioso ver como el reloj que colgaba de la pared seguía marcando la hora. Sus manecillas, como si fueran movidas por el mismísimo diablo, trabajaban día y noche, sin importarles las suplicas de los demás. 


Todo transcurría. De una forma o de otra, el tiempo pasaba.
Era como el rastrillo que se llevaba las hojas del otoño...


Desde hace varios días su reloj interior se paralizó. Ya ni siquiera sabía si era de día, o de noche. Ya no tenia ganas de comer, ni de dormir. Porque en sus sueños volvía ha aparecer él, y luego cuando se despertaba, se daba cuenta de la cruda realidad. Ellos ya no eran ellos. Ellos, ahora eran un, tu allí, y yo aquí. Separados. Como ella quiso. Como ahora no quería y como debía.
No sentía la necesidad de moverse de su cama, y cuando se tenía que levantar, simplemente se limitaba a arrastrar sus pies de un lado a otro, sin ganas, sin nada.
Otras tantas se sentaba en una silla, observando como la vida transcurría mientras ella se negaba a vivir. Su mundo se desmorono , ya no sabía quien era ni quien debía de ser. No sabía si hacer lo que quería o al revés. Estaba tan harta de que todo le saliera mal. Siempre que quería algo todo se acababa ¿Quizás debería odiarlo?
Jugeteaba con sus manos, sin saber como hacer frente a todo aquello. Su mente dibujaba esquemas para enredar aquellas partes de su vida que se deshilaron, sin embargo siempre incurría en el error de que el era el pilar de aquel esquema y debía volver a empezar.
Nunca reía, al menos de encontrarse con sus amigas, pero ellas sabían perfectamente que ella lo hacía por cortesía. Al principio intentaron hablar con ella, pero después ella misma hizo frente a todo sola. Como siempre, sola.
A veces lloraba desconsoladamente.
Si, ya era hora de admitirlo, le echaba de menos. 
Suspiró, y se llevo las manos a la cabeza. Pero algo dentro de ella se activo.
Llevaba bastantes días sin hablar más de lo necesario y moviéndose en situaciones puntuales, y de pronto, lo pensó  En sus opciones nunca estaba rendirse pero... ¿Qué estaba haciendo ahora? dando el gusto a todas aquellas personas que algún quisieron verla así, acabada.
Debía aceptarlo de una vez por todas, de una forma o de otra la cosas acaban pasando. Se levantó de la silla y suspiró. Ella no era perfecta, pero tampoco pretendía serlo
tic-toc
Eso fue lo primero que escucho en su nueva vida. Aquel sonido, como si no lo hubiera estado escuchando y odiando durante días, la levanto de su ensueño.
Era espeluznante y a la vez golpeaba con sinceridad. Una nueva canción sonaba por los altavoces del reproductor de música. Se acomodó en su cama, prometiéndose un nuevo mañana mejor.
Porque el tiempo pasaba y ella, debía pasar página.

Mientras tanto, en otro lado de la ciudad las cosas eran totalmente diferentes. Sandra, odiaba también al reloj, pero de una forma distinta a Elsa. 
Sandra le odiaba por su lentitud, por su forma tan vaga de moverse, como si quisiera hacerla sufrir más de lo que debido.
Solo deseaba que todo pasara, que por fin pudiera encontrarse con Pedro. Con él Pedro de verdad, no con el que temía que pensará en drogas mientras la hacia suya. No con el que a veces se distraía de sus conversaciones, pero ella sabía, que le haría volver, porque tarde o temprano, todo pasa.

11 Comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado! Aunque Alonso y Elsa me dan pena :(
Besitos, sube pronto ;)
ANNA

Pequeñas ilusiones(L) dijo...

no!!!, me has echo llorar y todo, no puede ser!!, todas las relaciones van mal..., por favor esto no puede ser!! jajajjaa aun así fantástico, diferente, personalizado, simplemente perfecto el capítulo súper detallista, casi parecía que vivía lo que Elsa ^^ Increíble
Espero más que nunca el siguiente para que algo se arregle, cualquiera diría que acabas de ser una shakespeare. ESTE CAP HA SIDO INIGUALABLE, has hecho transmitir una cantidad de sentimientos que buahh simplemente leyendo puedes sentirlo
Un besazo :)

María. dijo...

Era imposible que me pudiese imaginar que ANONIMO era Alonso, aun asi me encanta.
Te odio, ¿sabes porque? Porque con cada capitulo sacas mi lado sensiblon y lloro con los desamores pero me da igual voy a seguir leyendote aunque mis ojos sean rios, porque me encanta :))
Besos

Anónimo dijo...

hay - verbo haber
ahi - preposición de lugar
ha - verbo haber
a - preposición (ej: ir a .. jugar a ..)
GRACIAS.

Anónimo dijo...

el anonimoo es Aloonsooo!!!!
que fuertee.. espero que hablen y le de una explicación! no me gusta que esten separados :(
bueno ha estado genial!! un beso!!
Ana

AE dijo...

Muchas gracias.. ya, van a pasar por una gran época de crsis y odio
besoooss ! :)

AE dijo...

jajaja ¿Si? bueno entonces eso es buena señal. Si no lo había pensado, pero todas, aunque la de Sandra a mejorado un poquillo. Muchas gracias como siempre Pequeñas ilusiones :) enserio, gracias.
jajajajajajajajjaa anda anda jajajajajaja xD. Pues pocas cosas se van a arreglar me da a mi jajajaja. Muchas gracias :) la verdad es que a veces, todos sentimos como nuestra vida se para y sin embargo las horas y días siguen pasando.
Besoos!

AE dijo...

jajajajajaja ya! era un poco impresionante, igualmente no desvelo nada y lo dejo asta el final, o asta la continuación de esta historia xD.
Ohhh pues me encanta sacar vuestro lado sensiblon, así se que no lo he echo tan mal :) y trnaquila a veces incluso yo también lloró mientras lo escribo xxD
Muchas gracias como siempre, por leerme y comentar !!!
besoos!

AE dijo...

Gracias por corregirme, prometo que siempre intento no cometer errores gramaticales. Intentaré mejorar, gracias por tu explicación :)
besoos !

AE dijo...

Bueno al parecer parece que si.... jajaja
ya, al parecer a nadie le gusta! xD
Muchas gracias por comentar como siempre, realmente gracias :) me haceis feliz. besoos!

Pequeñas ilusiones(L) dijo...

yaaaa... :S eso pasa muchísimas veces más de las que quisiéramos pero bueno es lo que hay xD
pD: me encanta la canción *_*

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