Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)



Y ahí me encontraba, en la calle, con diez grados bajo cero , y yo sentada en el maldito banco de esta tarde. Es de noche, hace frío esta lloviendo y mi corazón esta roto, ella consiguió romperlo, ni el maldito amor, ni una amistad falsa lo consiguió. Pero ella, Enie, siempre consigue mas que nadie. No podía creérmelo, lo pensaba y lo pensaba y mis lágrimas no paraban. Unas lágrimas camufladas por la lluvia helada de aquella noche. La noche más fría del año sin duda. Tenía el pelo empapado, el corazón, los ojos, pero nada me importaba. ¿Y que me iba a importar? Si ya no me quedaba nada. Nada: una palabra que significaba vacío. Si por lo menos me hubiera despedido de ella, si por lo menos la hubiera dicho que la quería. Pero no, simplemente nos despedimos con insultos y gilipolleces del día a día.
Me acurruque en el banco, totalmente helado, e intente dejar que el frío se me metiera por los huesos, mis pensamientos me abrumaban, y me hacían caer en una total depresión, Sólo quería morirme ... Sólo quería que mi vida no fuera tan dura como ya lo es.
- ¡Niki! - Oí que alguien gritaba desde lejos. Me desperecé y me di cuenta de que ya estaba el amanecer asomándose. Quise contestar a aquella voz lejana, pero sin embargo no podía salir de aquel estado de shock. Las lágrimas volvieron a retomar la ruta establecida ayer. Y mi voz se ahogaba en ella. ¿Que iba a ser ahora de mi vida?. Sin padres, sin una hermana estúpida que te quiera. ¿Que iba a ser ahora de mi?.
- ¡Niki!- Pero esta vez la voz era de una persona diferente.
- ¡Niki!- Igual que esta.
- ¡Niki!- Y esta.
- Oh no - Dijo alguien demasiado cerca de mi. - Chicos venir, esta aquí - Se giro, me miro con pena y empezó a acariciarme el rostro, se la veía demasiado asustada.
- No me toque - La dije liberándome de aquella mano demasiado suave, se parecía al tacto de mi madre cuando me despertaba por las mañanas.
- Niki que haces aquí, debes estar helada - Dijo intentando quitarse el abrigo para arroparme.
- Eh dicho que no me toque - Dije con rabia, rabia acumulada, rabia transformada en lágrimas, rabia que era incluso peor que la inmensa tristeza que tenía en estos momentos.
- Niki por favor deja de hacerte la fuerte, ahora no es el momento.
- ¿No es el momento para que?
- Para que te pueda el orgullo - Me quede callada, mirando la similitud que tenía con mi madre. Y entonces de un momento a otro, todo el mundo apareció, en un grupillo, acorralándome.
- ¿Niki estas bien ? - Me pregunto Daniel. Seguro que a estas alturas todo el mundo se había enterado de que la chica horrible se había quedado huérfanita.
- Déjala Daniel, seguramente esta exagerando - Soltó Yisela, mientras acariciaba el brazo de este - Venga anda Niki, levántate ya, y deja de intentar ser el centro de atención.- A lo que Daniel la miro incrédulo.
- No ves que a perdido a su familia - Dijo intentando que sonara en un susurro. Sin embargo era un tono demasiado alto para mis oídos. Me levanté como pude, la señorita del principio intento ayudarme, pero volví a rechazar su mano.
-¡Iros todos a vuestra casa! - Chille histérica, lo que menos quería era dar pena- Aquí ya no hay nada que ver.
- Ves ya se esta poniendo histérica. Yo me largo -Soltó Yisela en alto.

Enie... Te echo de menos ¿Sabes?- Pensé para mi misma- ¿Por que te fuiste?, dijiste que siempre te quedarías conmigo, que me defenderías de aquella estúpida que se hacía pasar por amiga. Enie... ¿Por que discutíamos? ... y entonces, automáticamente mi cabeza pensó - Yisela, siempre fue por culpa de Yisela.
Avance vacilante por todo aquel grupillo que se habrían lentamente dejándome un camino, llegue asta donde Yisela, y sin pensarlo dos veces la agarre del pelo y tire de el.
- ¿Donde te crees que vas? - Dije enfurecida.

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