Prometo publicar más seguido en esta Semana Santa ! Espero que les guste el nuevo capítulo ;)

Capítulo 23: Los bailes.

- ¿Quien es este?- Oyó su voz detrás suya, provocando que su corazón comenzase a latir rápidamente.
- Un amigo- Dijo dándole la espalda.
Alonso miró con odio a Alberto. Estaba... celoso, y era un sentimiento que nunca había logrado sentir. Miró el cabello rubio de Elsa. Extrañaba estrecharla entre sus brazos, y si algún día le quito importancia a sus besos ahora quería más que nunca ser correspondido. Quería volver a tener algo con ella, y le daba igual lo que ella quisiera establecer entre los dos. Él quería volver ha tenerla cerca la mayor parte de los días. Él quería oír su exquisita risa durante horas y horas. No quería que fuera de nadie más. Se acerco a ella, y recordando como Elsa se tiró a su cintura hace un momento en el baile, tomo toda la confianza posible para acercarse a ella y abrazarla por detrás, mientras la daba ligeros besos sobre su cuello, mirando con odio a aquel muchacho, demostrándole que ese territorio ya estaba marcado.
El macho había marcado. Desde un punto de vista aquella situación resultaba verdaderamente graciosa, sin embargo Elsa empezó a confundir sus ideas con que el suave tacto de sus labios toco su cuello. Lo peor de todo es que no entendía porque le dejaba seguir besándola, pero aquello se sentía bien, se olvidaba de todo e incluso de que debía de odiarle, de que no era bueno para ella.
- Bueno, gracias por tu ayuda, adiós.- Dijo incómodo Alberto mientras se daba la vuelta para dirigirse a su coche.
Alonso al fijarse en que Elsa no le rechazaba siguió besando toda la longitud de su cuello, saboreando la  aunque temía ser golpeado otra vez, también temía rechazar una oportunidad. Posó sus manos en los ambos hombros de ella, acariciando sus brazos.
- ¿Quien era ese?- Pregunto susurrando, no quería romper la magia que se había formado, pero tenía tanta curiosidad.
- Ya te he dicho que un amigo- Dijo suspirando, dejándose llevar por sus besos.
Alonso se giró lentamente, con miedo. Se puso frente a ella y con su dedo indice acarició tiernamente las labios de ella. Se acerco lentamente para besar la. Rozo levemente sus labios con los de él, y sonrió, porque no se oponía, así que coloco su mano en la espalda de ella para atraerla, y beso esta vez más fuerte sus labios, siendo suave igualmente.
humedeció los labios de ella, esperando un pase, asta que ella abrió sus labios para poder capturar el labio inferior de él. Le dio un leve mordisquito, a lo que Alonso gimió internamente debido a que todavía lo tenía dolorido del mordisco que le dio hace rato, y Elsa sonrió con una disculpa saliendo de sus labios.
- Te amo- Dijo Alonso. Y de repente, fue como cuando alguien te levanta por las mañanas encendiendo la luz cuando estabas acostumbrada a la oscuridad; que te gustaría que todo volviera a estar oscuro y sentirte como en casa pero a la vez sabes que lo mejor sería acostumbrarte a la luz y arreglarte. O como cuando la profesora te entregaba el examen y veías un cinco; el cinco era suficiente para ti, el cinco te gustaba, el cinco era ¡Fiesta!, sin embargo para tus padres el cinco era algo mediocre y entonces te dabas cuenta de que deberías ponerte a estudiar porque sería lo mejor.
Era como cuando te metes en la ducha, y sientes la comodidad volver, el dejar los asuntos a un lado, te sientes tan feliz y pasas tanto tiempo que pareces una pasa, entonces sabes que lo mejor sería salir de aquel agua, porque si seguía más tiempo debajo de la ducha acabarás arruga, y quizás incluso tu corazón también.
Involuntariamente, como la acción tan rápida como encender una luz su mano se elevo y dio una bofetada a su mejilla, pero esta vez, teniendo la consideración de que fuera la otra, y menos fuerte.
Al instante pudo ver el dolor en los ojos de Alonso.
- Justamente eso es lo que estoy evitando que sientas.
- ¿Y que quieres que sienta?
- Odio, quiero que me odies.
- No creo que lo quieras de verdad.
- ¡Si! - Y salió corriendo hacia la fiesta, porque quizás la próxima vez no tuviese la fuerza suficiente para alejarse de él.
Quería una respuesta y la obtuvo. No quería saber si volvería a ser rechazado, o si esta vez no le abofetearía de nuevo, o si se enfadaba, lo único que quería saber era ¿Qué ella quería que fueran ellos?, y sin ninguna complicación lo respondió: enemigos.
Ella quería que fuera su enemigo, que se convirtiera en el chico que hacía un desastre su vida. Y si joderla las 24 horas del día, aparentar ser su hermano, y soportar sus berrinches suponía poder escuchar aunque sea su voz entonces... enemigos serían, aunque él no dejará de amarla en silencio.

Al día siguiente...


Elsa sonrió. No le gustaba nada salir del colegio y encontrarle apoyado en ese destartalado coche todos los malditos días, no le gustaba que siempre tuviera la misma posee y la hiciese recordar todos aquellos días que el siempre se encontraba allí con una extensa sonrisa arrogante, pero no podía evitar sonreír.

Esta vez él se veía diferente. Se veía aún más burlón, más engreído, aunque le asustaba el echo de que él no estaba sonriendo, sino que al contrario podía notar cierto moratón en su labios y conforme se acercaba más a él, era más intenso.
Bajo corriendo las escaleras como casi todos los días desde que le conoció y se colgó se su cuello, oliendo aquel perfume que tanto calmaba a sus pulmones y dañaba su corazón.
- Hola querido- Dijo Elsa.
- Hola pequeñaja- Dijo este revolviendo la el pelo.
- Te he dicho mil veces que no hagas eso- Contestó enfadada.
- Da igual, por que tú eres la pequeña de la familia- Se encogió de hombros y Elsa resopló.
- Ey- Saludo Pedro a los dos mientras se metían en el coche todos- Ustedes dos parecen volver a estar enfadados.
- No que va
- Seguiré preguntando que te habrá pasado en el labio- Dijo Pedro mirando a Alonso.
- Todo fue culpa de una loca- A lo que recibió un codazo de Elsa.
- ¿Quieres que yo te cuente? -Propuso Elsa a Pedro.
- Por supuesto.
- Él muy idiota me contó sobre pasar una noche con una chica fácil, y yo para devolverle lo del otro día, cuando estaba bailando con esa chica, salte a sus brazos preguntando quien era aquella choni puta- Se encogió de hombros, y mientras tanto Pedro empezó a reír escandalizado, mientras que Sandra no sabía si creer aquello, pero la simple situación le provoco una pizca de gracia.
- ¿Esa chica le pego aquel bocado?- Preguntó burlándose todavía de él.
- Si, tendrías que haber visto su cara, para grabarla.
- Eso tuvo que ser divertido.
- La verdad es que si lo fue- Elsa miró a Alonso- ¿Verdad que si tate?- Y este paso de aquellos dos y se limito a mirar el paisaje por la ventana durante todo el viaje, hasta que Sandra paró en el sitio de todos los días.
- Oye- Dijo Pedro antes de que Alonso se saliese del coche- ¿Estas cabreado tio?
- No, no me importa que te hayas estado burlando de mi, tranquilo- Se encogió de hombros.
- Anda, arreglaos- Señalo Pedro a Elsa y Alonso.
- No- Dijeron al unísono.
- Podríais hacer algo juntos.
- ¿Como qué? -preguntó Elsa.
- Ir a esas clases de baile tuyo. Así podrás vengarte alejándola de ese instructor que dice ser tan sexy.
- mmm...- Sonrió Alonso, pero al segundo se arrepintió de aquel movimiento al sentir un intenso dolor en su labio que provoco que otra vez todos los del coche se rieran.- Me encanta esa idea.
- A mi no- Repuso Elsa.- Yo simplemente lo siento por lo del otro día, pero te la debía.
- Venga porque no vais juntos, venga anda
- De acuerdo, iremos- Dijo Elsa, haciendo señas hacia Alonso para que supiera que estaba mintiendo.
- Vale- Se giro de nuevo en su silla Pedro- Así podríamos ir en parejas ¿Te parece mi amor?- Miró a Sandra.
- Me parece una gran idea- Y mirándose se acercaron para besarse con pasión.
- Buah que asco- Soltó Elsa como una niña pequeña, produciendo la risa de los enamorados.- Mejor os dejo las indicaciones en un mensaje privado del Tuenti, yo me voy, después nos vemos.

Una vez el coche arrancó y estuvo lo bastante lejos comenzaron ha hablar claramente.
- No quiero que vengas- Le amenazó.
- ¿Por? A mi me parece buena idea- Repuso Alonso.
- A mi no, di que te pusiste enfermo a última hora.
-  No pienso hacerlo.
- ¿Por que no?- Pregunto confundida.
- Bueno tu a mi jodiste la noche, ahora yo te jodo con tu francés sexy.
- ¿Alguna vez te dije que eres como un grano en el culo?
- No, ¿Acaso alguna vez has tenido uno?- Pregunta carcajeando.
- Sabes, hasta luego más tarde nos vemos... por cierto tienes que ir en traje.- Como todos los días cambió de dirección y toma el camino hacia su casa sin voltear su rostro ni una sola vez.

Al final no le quedó de otra que tener que ir a la clase de baile y encontrarse con Alonso. Cuando llego a la puerta con Cristina se quedaron sentadas en los escalones para esperar a los otros tres.
Esta vez Elsa no vestía con un body pegado como el día anterior, al reves, el instructor dijo que hoy deberían ir con vestido, y como el vestido era tan estremadamente barato que Cristina también llevaba el mismo.

Cuando Alonso llego acompañado de Pedro y Sandra se quedo estupefacto, él sabía perfectamente que Elsa era la mujer más hermosa que había visto, pero verla con aquel vestido negro y su cabello ondulado clasicamente le pudo, incluso dejo de intentar ser su enemigo.
- ¡Bueno chicos hacer parejas!- Chilló Noah, el instructor.- ¿Elsa?- La preguntó tomando su mano.
- ¡Espera!- Chilló Alonso desde atrás de la clase- Yo no tengo pareja- avanzo por la multitud asta llegar donde Elsa y agarrarla de la cintura- Además es mi hermana- Dijo esto con voz sobreprotectora.
- Oh, en ese caso- Dijo soltando la mano de Elsa triste, y Elsa mato con la mirada a Alonso.
- No se bailar- Dijo Alonso después de que Noah se fuese.
- Vaya- Se puso nerviosa- intentemos lo- Y Alonso soltó una risita nerviosa.
- Al parecer voy ha tener que actuar bastante veces como tu hermano.
- Porque lo dices- Preguntó mientras entrelazaba sus dedos en la nuca de este.
- Creo que aquí hay muchos buitres que quieren picar de ti- Le susurró en el oído.

Y Elsa gimió internamente ¿Porque tenía que ser así? Porque a veces era tan tierno y otras tanta le decepcionaba. Él la hizo demasiado daño, y por tercera vez que confía en él la vuelve defraudar, aún así lo peor de todo era que lo último que perdía era la esperanza y no lo entendía.
¿Quería o no quería estar con él?
Sacudió la cabeza quitándose esa idea, ella misma se había dicho que lo que quería nunca era lo que le convenía.

- Para Alonso- Susurró con miedo, con miedo de que parara.
- No he dicho nada malo.
- Déjalo- Le miró a los ojos mientras se balanceaban de un pie a otro.
- No pienso permitir que nadie te picotee- Se sincero.
- Alonso- Le miro advirtiéndole.
-  No enserio, te la devolveré el doble la de ayer- Dijo, intentando que sus palabras anteriores tuvieran otro significado, uno más de enemigo.
- Ah, entonces era eso- Elevó una ceja.
- ¿Que esperaba enana?
- Nada.
- Hoy estas muy guapa- Sonrió.
- ¿Alonso?- preguntó desconcertada.
- ¿Qué?
- Hoy estas raro.
- No, aunque seas tonta eres guapa- Se encogió de hombros, y Elsa cabreada le dio en el hombro.
- Au- Se quejo
- Eso te pasa por cretino.
- Lo decía de broma tonta, tú eres la mejor- La acarició la mejilla.
- Alonso yo...- Dijo queriendo huir de los brazos que rodeaban su cintura y la hacía sentirse tan extremadamente cómoda, y el se echo a reír.
- Tendrías que ver tu cara ¿Por que siempre picas?- Se burlo de ella.
- Eres realmente estúpido.

Después se pasaron toda la clase así. Alonso la desconcertaba, y no era para menos. Él se sinceraba y al notar el miedo en los ojos de ella retrocedía y soltaba algo como "era broma""me pregunto cuando dejarás de picar"...

Mientras tanto...


Se quedo congelada ¿Qué cojones hacia el aquí? No podía explicárselo  ¿El destino? Ese mismo que se encargo de separarlos lo trae de nuevo delante suya, con una camiseta rosa, con su corbata morada, vamos, en traje.

Todo pensamiento se le fue de la cabeza al ver su estúpida sonrisa, el era tan terriblemente atractivo, tanto que decidida se acerco a él.
- ¿Qué haces aquí?- Pregunto intentando parecer enfadada, pero más bien daba la pinta de desconcertada.
- Nada, bailar- Se encogió de hombros.
- Si ya, claro, y yo soy tonta. No quiero que te acerques a mi.
- Cristina, ya te he olvidado.
- ¿Ah si? Pues mira que bien, así dejas de colapsar me el móvil- pero en verdad su corazón ahora se encontraba triste, y no sabía porque.
- ¡Bueno chicos hacer parejas!- Chilló Noah, el instructor dijo algo más pero ninguno de los dos se entero de nada.
- Bueno entonces mejor para todos que yo haya encontrado a otra chica- Dijo Alberto, y al segundo pudo ver un terrible sufrimiento en los ojos de ella, aunque se intentase hacer la dura.
- ¡Yo también!
Alberto vio a un chico acercarse por la espalda de Cristina, seguramente el estúpido la pediría ser su pareja. Una vez que se encontró con los ojos del chico, le miró con todo el odio que pudo y este acongojado se esfumo de la escena. Entonces, sonrió, ya no le quedaba otro chico que elegir que a él.
- ¿Y donde se supone que esta?- Sonrió arrogante.
- Pues aqu...- Se dio la vuelta y fue cuando vio a todos con pareja, y se giro sin saber que decir- Mejor dicho ¿Donde esta TÚ pareja?
- No ha venido.
- Amm
- Creo que nos va a tocar bailar juntos.
- ¡Qué!- Chillo provocando que Noah se dirigiese hacia ellos para calmar los ánimos- ¡Ni hablar!
- ¿Qué pasa?
- Este lunático quiere que baile conmigo , ¡ Estas loco !- Dijo esperando que Noah se pusiera de su parte.
- ¿Cristina estamos en infantil o que?- Puso los brazos en jarras- anda tira- y la empujo haciendo caer como una pieza de puzzle en los brazos de él, que la estaban enredando.
- ¿Me perdonas?- Preguntó después de un gran rato Alberto.
- ¿Él que?- Le miro malhumorada.
- Él día ese, el que me volví como un loco ¿Esta bien tu amigo?
- Si ya esta bien, es más creo que necesito una paliza más...- Dijo riéndose  al recordar todas aquellas veces que la había insinuado lo reprimida que estaba por no acudir a sus abrazos y besos.
- ¿Por que lo dices?- Se tensó Alberto.
- No por la nada.
- De acuerdo..- Se relajo soltando todo el aire que había contenido- no es de mi incumbencia ¿Me perdonas?
- Nose...- Dudo- ¿Para que ya Alberto? tú tienes una vida perfecta ahora, sin mí.
- No- Negó rotundamente con la cabeza- mi vida es una completa mierda sin ti, vuelve.
- Alberto como te atreves a decir eso- Le soltó intentando alejarse- Ahora tienes una persona que te quiere ¿Como puedes decirme esto?.
- Todo es mentira- Dijo quitando aquel espacio que ella había establecido, abrazándola- De verdad piensas que algún día podre olvidarte.
- ¿Como? No decías que tenías a otra...
- Todo es mentira- Dijo viéndose destrozado- ¿Como te lo has creído?  incluso estando aquí contigo tengo ganas de agarrar el móvil y seguir colapsandotelo- Se rió.
- Que tonto eres- Le dijo de forma cariñosa- Entonces... ¿No hay nadie?
- No- La acarició la mejilla- Solo tu pequeña.
- Ah- Dijo volviendo a poner su barbilla en su hombro.
- ¿Y tú? ¿Hay alguien?- Dijo tocando su corazón.
- mmm... yo, nose...
- Me lo imaginaba- Se peino el pelo- mientras yo hacia el tonto estos días, aquel enano se las estaba arreglando para intentar engatusarte ¿Verdad?- Sonsiró de medio lado.
- Nose...
- No tengas miedo de decirme la verdad, si le quieres, no voy a ir a destrozarle la cara, aunque ya me estoy muriendo de ganas.
- Si- Asintió- en verdad parece como una mosca.
- ¿Te molesta?- pregunto conteniendo su fuerza en el puño.
- No.
- ¿Y yo?
- Tampoco. No sería justo.
- Para de pensar en lo justo... ¿Quieres que este
 cerca de ti?
- Nose... ya ha pasado un mes y, todo fue tan extraño.
- Juro arreglarlo.
- Alberto tu y yo... solo podremos ser amigos ¿Entiendes? lo que te dije ese día iba enserio, somos muy distintos.
- Cambiare- Hablo rápido.
- No quiero que cambies por mi...
- Pero yo quiero.
- No te puedo prometer nada.
- No lo hagas, me da igual- Se encogió de hombros- Se que al final caerás-  Dijo, intentando ser el Alberto divertido de siempre.
- Con el tiempo te vuelves más tonto- Se rió ella también.
- Tu me vuelves tonto- Dijo acariciándola el rostro y dándola un tierno beso en la frente.


Y así pasaron los días, llegando a pasar semanas.
Alonso dejo de mentir y de tener que reprimirse, por ello cada vez que la decía en voz alta algo realmente bonito añadía un " es broma" y entonces la situación entre los dos, y las arrugas en la frente de la chica se disipaba.
Mientras tanto Alberto todos los días iba a buscar a Cristina al final de las clases, y se daba cuenta lentamente de lo difícil que iba ha ser hacerla entrar en razón, ni siquiera sabía como ella pensaba que eran diferentes. Bueno, si, lo eran, ¿Pero y que? que más daba cuando ella le quería y viceversa, todo aquello le resultaba una manera tonta de complicar la vida.
Todo parecía volver a sus aguas pero uno nunca puede estar seguro...

2 Comentarios:

Anónimo dijo...

me ha encantadooo!!! Ya tengo ganas de leer el siguiente jajaj
Un beset
ANNA

AE dijo...

Muchas gracias ANNA!! :) quizás publico mañana porque no tengo nada que hacer y encima estoy bastante cansada de los exámenes para salir :)
un besiiinnn :) gracias por leerme ;)

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